El riesgo de pobreza y exclusión social avanzó en Asturias durante los peores años de la crisis desde una tasa inferior al 20% de su población hasta niveles cercanos al 25%, pero, aun así, sigue por debajo del promedio del país, donde el riesgo afecta a casi el 30% de la ciudadanía.

Un estudio del Observatorio Regional RegioLab apunta que mientras hay municipios asturianos (Oviedo y Castrillón de forma destacada, seguidos por Gijón, Avilés y otros) en los menores niveles de pobreza de España, otros (sobre todo, Mieres) se sitúan en niveles propios del sur de España: su rango de riesgo de exclusión y pobreza afecta al 26% a 38% de la ciudadanía. Esta situación, aunque menos acusada, se percibe también en zonas rurales, especialmente del interior de la región.

Según las estadísticas europeas, España fue uno de los países donde "más intensamente se ha agrandado la brecha entre ricos y pobres y donde la población expuesta al riesgo de población expuesta al riesgo de pobreza más ha crecido", señala el informe, elaborado por Alberto Díaz, Esteban Fernández, Fernando Rubiera y Ana Viñuela.

Los datos del estudio sobre Europa, España y Asturias y demás regiones datan de 2014, pero las cifras de ámbito municipal se refieren a 2011 porque aún no se disponen de todos los índices necesarios para estimar la tasa de pobreza Arope con parámetros localistas más recientes.

Según el indicador Arope (una medición diseñada por la oficina estadística europea), una persona está en riesgo de pobreza o de exclusión social si cumple al menos uno de los tres criterios siguientes: vivir en un hogar con una renta (incluyendo transferencias sociales) inferior al umbral de la pobreza (que se define como el valor que corresponde al 60 % de la mediana de la renta nacional equivalente en unidades de consumo), residir en un hogar en el que sus miembros no pueden permitirse al menos cuatro de nueve conceptos de consumo básico definidos a nivel europeo y pertenecer a un hogar con baja intensidad de trabajo: aquellos en los que el número de meses trabajados por todos sus miembros y el número total de meses que, en teoría, podrían trabajar como máximo todas las personas en edad de trabajar del hogar está por debajo de la ratio 0,2.