El Principado de Asturias está en el grupo de las comunidades "que son más aplicadas en materia fiscal" y que "mejor cumplen con sus objetivos de estabilidad presupuestaria". El análisis lo hizo ayer en Oviedo el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), José Luis Escrivá, durante una conferencia en el Colegio de Economistas de Asturias en la que realizó un completo análisis de las cuentas públicas en España, con alguna parada en las asturianas.

Escrivá comenzó su intervención haciendo un repaso a la situación económica. La actividad creció en Asturias un 2,9% durante el primer trimestre del año, un porcentaje que está en la media nacional. No obstante, el AIREF considera improbable que el conjunto de las comunidades autónomas pueda alcanzar el objetivo del 2,2% del déficit. Y más en harina, Escrivá estimó que hay tres comunidades que van a tener muy difícil cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria para 2018 que exige el Gobierno nacional: Extremadura, Murcia y la Comunidad Valenciana. Asturias, por su parte, está en el grupo de las que no tendrán problema para alcanzarlo.

El presidente de la Autoridad Fiscal también hizo alguna valoración sobre la situación económica de las dos principales ciudades asturianas, Oviedo y Gijón. La capital asturiana, por ejemplo, ha conseguido reducir considerablemente su ratio de deuda durante los últimos años. Pasó del 75% que tenía en 2008 al 25% de 2016, el último dato disponible.

Por su parte, destacó que el Ayuntamiento de Gijón ha cumplido con creces con los objetivos de estabilidad financiera todos los años desde 2012 y la previsión es que continué en la misma línea este ejercicio.

Escrivá aseguró que, previsiblemente, el AIREF informe "favorablemente" del plan económico-financiero elaborado por el Gobierno asturiano y destacó que el Principado "no es una comunidad que sea particularmente problemática" desde el punto de vista fiscal. Todo lo contrario. Aseguró que tiene un desempeño "bueno" también desde el punto de vista de los niveles de deuda pública, que, según resaltó, son "muy razonables y sostenibles".