"Dentro de unos años nos parecerá raro el haber ido por la calle respirando el aire de los tubos de escape". La reflexión la hace Javier Izquierdo, jefe de movilidad de la compañía energética EDP, mientras conduce un vehículo eléctrico por las afueras de Gijón. A primera vista el turismo pasa desapercibido en la carretera del polígono de Roces. El coche, de marca alemana, es silencioso, no emite gases a la atmósfera y alcanza unas velocidades iguales a los de gasolina o gasóleo. En su contra corre, sin embargo, que adquirir uno nuevo continúa siendo bastante caro y que la batería no aguantaría, por ejemplo, un viaje a Madrid del tirón. Les falta aún un acelerón para dar el salto definitivo. Aún con ésas, el coche eléctrico está llamado a jugar un papel esencial en el proceso de "descarbonización" de la economía que predica Bruselas y por el que apuesta de forma decidida el nuevo Ministerio de Transición Ecológica. Porque, además, este tipo de vehículos está muy ligado con las energías renovables.
Juan Carlos Aguilera, presidente de la Federación Asturiana de la Energía (Faen), es también el coordinador de la mesa de trabajo de la movilidad sostenible que ha puesto en marcha el Principado, para, entre otras medidas, impulsar este tipo de transporte. El interés es alto y esas reuniones están cada vez más concurridas. De hecho, la última tuvo que celebrarse en el salón de actos de la Escuela de Minas de Oviedo ante la alta afluencia. "El primer paso que hemos dado ha sido diseñar toda una estructura de puntos de recarga para vencer esas resistencias", asegura Aguilera. Es decir, para tratar de desterrar la queja de muchos potenciales compradores de que no hay lugares donde enchufar el coche. La red, como se ve en el gráfico que acompaña a estas líneas, ha sido estratégicamente diseñada para tener abastecidos al centro y a las alas regionales.
A estos enchufes hay que añadir los que por su cuenta está instalando también EDP (algunos de ellos de recarga rápida) y que vienen a completar toda esta infraestructura. Serán unos 40, que estarán listos este mismo verano, y la inversión rondará el millón de euros, según apuntan desde la eléctrica. En Gijón habrá 16 de ellos, lo que lo convertirá en el municipio de referencia para la movilidad eléctrica del norte de España, puntualizan fuentes de EDP.
Las estaciones de servicio, lejos de ver este nuevo mallado y el avance del coche eléctrico como una amenaza, se resignan a que los vehículos enchufables serán el futuro y muchas están cediendo terreno en sus instalaciones para instalar estos cargadores. Lo cuenta el secretario de Asvecar, la patronal de estos establecimientos en la región, Marcos Martínez. "El objetivo es que en autopistas haya un punto de recarga cada 20 kilómetros aproximadamente. El problema en muchas estaciones de servicio es tener potencia eléctrica suficiente para soportar las recargas", apunta.
Ahora, la paradoja es que en unas semanas habrá por Asturias toda una red de puntos de recarga, pero no habrá casi coches que enchufar. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), en la región sólo hay 350 vehículos eléctricos, de los que 160 son turismos. Una cifra a todas luces muy exigua aún. Eso sí, las estadísticas de los concesionarios también reflejan que las ventas van subiendo poco a poco mes a mes. Aún son cifras muy bajas, pero la tendencia es al alza. Entre enero y mayo de este año los concesionarios asturianos vendieron 35 vehículos eléctricos. En el dato están incluidos los turismos, las furgonetas comerciales e industriales y los autobuses. La cifra es raquítica en comparación con los 7.834 turismos a gasóleo y gasolina que se vendieron en la región durante ese mismo periodo de tiempo. El prisma optimista es que esas ventas se han incrementado el 66% en comparación con las del año anterior.
Para paliar esta anemia el Principado está preparando una línea de subvenciones para ayudar a decidirse a los compradores.
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