Dos de cada diez asturianos tienen dificultades para hacer frente al pago del recibo energético a pesar de la recuperación económica. Además, el 10% de la población no puede permitirse tener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno y el 3% ha sufrido la desconexión de algún suministro. Son los indicadores de la denominada pobreza energética en la región.
Esa población podría aumentar si se produce un incremento del precio de la electricidad como consecuencia del cierre precipitado de las centrales térmicas de carbón. Diferentes estudios han alertado de ese encarecimiento (por la posible sustitución del carbón por gas en un sistema de fijación de precios marginalista que hace que sea la última tecnología que entra en la subasta la que marca el precio de todas) y desde el Gobierno del Principado se ha destacado el efecto que tendría sobre la gran industria electrointensiva de la región. Sin embargo los efectos también podrían ser importantes en la población más vulnerable.
La Asociación de Ciencias Ambientales, integrada por profesionales, científicos y técnicos de diferentes disciplinas, ha elaborado el estudio "Pobreza energética en España 2018", que está financiado por la UE y utiliza la metodología del Observatorio Europeo de la Pobreza Energética, con indicadores procedentes de las encuestas de condiciones de vida y de presupuestos familiares del año 2016.
Según el estudio, cerca de 100.000 asturianos, equivalente al 10% de la población, sufre temperaturas inadecuadas en su vivienda y la mitad de ellos, el 5% de la población, declara tener dos o más retrasos en el pago de recibos en los últimos doce meses. Las tasas son muy parecidas a las registradas de media en el país (10% con temperatura inadecuada y el 6% con retrasos en el pago) y están por debajo de las del anterior informe (elaborado con datos de 2014), pero aún superan la media de la UE en ambos indicadores.
El informe también evalúa, por primera vez, cuántos de los hogares que se declararon incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada se vieron obligados a dejar de disponer de algunas de sus fuentes habituales de energía. Así se ha podido saber que el 3% de la población, cerca de 30.000 personas residentes en Asturias, sufrió algún tipo de desconexión de suministro energético en su hogar. Se trataría, por tanto, según señala el informe, "de un sector de población con un alto nivel de vulnerabilidad". Además esa tasa está un punto por encima de la registrada en el conjunto de España.
El estudio también evalúa otros indicadores de gastos e ingresos para comprobar los hogares que realizan un sobreesfuerzo para disponer de energía y los que tienen un gasto inusualmente bajo. A partir de esos datos concluye que dos de cada diez asturianos tienen dificultades para hacer frente al pago del recibo.
Según la última encuesta de gasto familiar realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto anual en electricidad de cada asturiano es de 310 euros y en gas de 104 euros.
La Asociación de Ciencias Ambientales propone el fomento de la rehabilitación energética de los edificios, medidas de formación, información y empoderamiento de la ciudadanía y la necesidad de ahondar en la relación entre la salud y la pobreza energética.
