La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, sentenció a muerte al diésel al afirmar en el Congreso que "tiene sus días contados". La condena ha irritado a todas las patronales del sector del automóvil (las de fabricantes, concesionarios y vendedores), a las del transporte por carretera e incluso a los expertos en la materia, que no entienden la fijación del Gobierno con los vehículos con motorización diésel, los más utilizados en Asturias al representar el 61% del parque móvil de la región con un total de 402.457 unidades.
"Los coches nuevos diésel ya tienen unos niveles de emisiones muy similares a los de gasolina con el cumplimiento de la norma Euro 6, sólo son ligeramente superiores en óxidos de nitrógeno y partículas y además emiten un 20% menos de CO2", destacó el ingeniero Juan Carlos Luengo, profesor del departamento de Maquinaria y Motores de la Universidad de Oviedo, que añadió que "con la incorporación de depósitos para el aditivo adBlue (mezcla de urea y agua que depura los gases) prevista para todos los modelos el próximo año, se estará en igualdad de condiciones en emisiones". Por eso, Luengo señala que no entiende lo que pretende la Ministra señalando al diésel. "Lo que habría que hacer es renovar la flota de vehículos antiguos, pero eso nos llevará años", añadió.
El presidente de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (ASPA), Rogelio Cuesta, señaló que es necesaria, "como se pide para las centrales de carbón, una transición organizada, sin alarmas que parece que lo único que persiguen es que, al contrario de los que ocurrió hace años, se cambien coches diésel por los de gasolina".
Las patronales nacionales del sector criticaron ayer la sentencia de la ministra para la Transición Ecológica. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) avisó de que la producción y venta de vehículos diésel en España da empleo directo a más de 40.000 personas en España y la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) solicitó al Gobierno que, antes de "sentenciar públicamente" a la tecnología diésel, lidere un proceso hacia la descarbonización de la movilidad, de una forma progresiva, ordenada y con medidas que aporten una alternativa real a los ciudadanos. Por su parte el presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), Lorenzo Vidal de la Peña, reclamó a la Ministra que encauce la "cruzada" contra las motorizaciones diésel y evite lanzar "dardos sin fundamento" contra este carburante, "cuando es un hecho que los nuevos propulsores Euro 6 emiten la misma cantidad de partículas que uno de gasolina, pero menos CO2".
La preocupación también se extiende en el sector del transporte. "Tenemos una Ministra fundamentalista que parece que desconoce la realidad. Hay que hacer una transición energética, pero debe ser ordenada, sin acabar de un plumazo con el sector del transporte del carbón en Asturias ni demonizar sin sentido al diésel, que hoy por hoy no tiene más alternativa para los vehículos pesados que el gas", señaló Ovidio de la Roza, presidente de Asetra.
