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La industria asturiana, la que consume más luz y la más sensible a la transición ecológica

Las factorías de la región acaparan el 22% del gasto eléctrico total de las grandes plantas españolas y un alza de costes lastraría su competitividad

Factoría avilesina de Alcoa. MARA VILLAMUZA

Asturias es el territorio español más sensible a los cortocircuitos que puede generar una transición energética acelerada. Según diferentes estudios de universidades y expertos y cálculos de compañías energéticas como EDP, el cierre acelerado de las centrales de carbón podría encarecer la electricidad un 12% y si también cierran las nucleares la subida alcanzaría hasta 32%. Ese alza del precio lastraría la competitividad de las industrias que tienen un alto consumo de energía, que tienen presencia en el mercado exterior y que compiten con factorías de otros países dentro de sus grupos, todos ellos rasgos de la gran industria asturiana. El Principado, pese a su pequeño tamaño, es con mucha diferencia la región que mayor consumo de electricidad tiene dentro de la tarifa de gran industria y por tanto la más sensible a la subida del precio.

El informe "El impacto de la transición energética en Asturias", elaborado por la Federación de Industria de CC OO y el gabinete técnico del sindicato, destaca, a partir de datos del Ministerio para la Transición Ecológica, que Asturias registró en 2016 un consumo de energía eléctrica de 5.201.830 megavatios hora (MWh) en las tarifas 6.4 y 6.5, las de acceso a alta tensión y que utilizan las grandes industrias. La de Asturias es con creces la cifra más alta registrada en España debido, sobre todo, a los consumos de factorías de compañías como Arcelor muy sensibles a cualquier alteración del precio de la electricidad. "La factura eléctrica representa para esas tres compañías, que tienen 7.000 empleos directos en la región, entre el 20 y el 40 por ciento de los costes totales de producción", destacó recientemente Belarmino Feito, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), para destacar el impacto que podría tener sobre esas compañías una transición energética acelerada que dispare el precio de la electricidad por la eliminación de las térmicas.

Después de Asturias aparecen en el listado de grandes consumidores de electricidad las provincias de Lugo (3.857.766 MWh) y La Coruña (2.615.766 MWh), donde Alcoa también tiene grandes factorías de aluminio. A continuación figuran Barcelona, Tarragona, Zaragoza y Vizcaya, provincias con importante presencia industrial.

El informe de CC OO destaca que Asturias, a la que le corresponde únicamente el 4% del consumo eléctrico total nacional, concentra el 22,4% del consumo nacional realizado bajo la tarifa s de acceso 6.4 y 6.5. "Es más, las grandes industrias ubicadas en Asturias que acceden a dicha tarifa realizan, por si solas, el 2,2% del consumo eléctrico total realizado en España y donde se incluyen también los consumidores domésticos".

El estudio incide en el "peso relevante" que las empresas electrointensivas instaladas en Asturias tienen en la economía y el empleo en la región. Así, cita que Arcelor-Mittal cuenta en sus plantas siderúrgicas de Gijón y Avilés con unos 5.500 trabajadores; Alcoa emplea en Avilés a nos 360 trabajadores en la metalurgia del aluminio, y Asturiana de Zinc tiene en plantilla en Castrillón a unos 870 trabajadores en la metalurgia del zinc. "Estas y otras empresas grandes consumidoras son además fuente de riqueza y empleo adicional a través de subcontratas, empresas de trabajo temporal, adquisición de productos y contratación de servicios a otras empresas". Un impacto que la Federación Asturiana de Empresarios ha cifrado en cerca de 25.000 puestos de trabajo en la región.

El secretario general de Industria de CC OO en Asturias, Damián Manzano, destacó durante la presentación del informe de impactos de la transición energética que "cualquier pequeño cambio en el sistema eléctrico que eleve los precios podría lastrar la competitividad de esas grandes industrias, justificar decisiones de desviar la realización de inversiones e incluso hacer peligrar su continuidad". Por ello Manzano dijo que para esas compañías "debe asegurarse el acceso a unos precios energéticos competitivos y, en todo caso, establecerse medidas temporales en el proceso de transición energética".

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