La banca podrá cobrar una comisión máxima de tres euros al mes (36 euros al año) a los titulares de una cuenta básica por la prestación de varios servicios como la apertura, utilización y cierre, depósito de fondos, retiradas de dinero en efectivo en las oficinas de la entidad o en los cajeros. También podrá cobrar comisiones si el cliente hace pagos con una tarjeta de débito.