Las negociaciones del nuevo convenio de la hostelería saltaron ayer por los aires. Los sindicatos UGT y CC OO abandonaron la mesa en la que se discutía la mejora de los salarios para los 18.000 empleados del sector, así como cambios significativos en el sistema de bajas, y preparan ya movilizaciones. Los representantes de los trabajadores juzgaron "miserable" la última oferta de la patronal Otea y que consistía en un incremento de las nóminas del 1,5% este año, del 1,75% para el que viene y del 2% para 2020. Su propuesta era mucho más ambiciosa. Piden una mejora de las nóminas del 3,5% por año durante los tres próximos.

El secretario general de la Federación de Servicios de CC OO, Alfredo García, destacó que el sector lleva "seis años sin convenio" y con los sueldos prácticamente congelados (sólo hubo dos ligeras subidas en 2013 y 2014).

El vicepresidente de Otea, Fernando Corral, mostró su "respeto" a la decisión de los sindicatos y aseguró que su ánimo es prolongar las negociaciones. También señaló que el principal punto de desencuentro había sido la propuesta defendida por la patronal para imponer un mayor control sobre las bajas laborales de corta duración, para frenar el absentismo laboral. Y calificó la exigencia salarial de los sindicatos de "desproporcionada".