El grupo industrial alemán Thyssenkrupp, con dos factorías y un centro de I+D en Asturias, registró un beneficio neto e 190 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal, lo que representa una caída del 35,8% en relación al mismo periodo del ejercicio precedente. La multinacional alemana ha reconocido "no estar satisfecha" con sus resultados. "No hay razón para endulzarlo. El flujo de caja es insatisfactorio y eso es una situación que no es sostenible en el largo plazo. Tenemos que mejorar significativamente en todos las áreas de negocio", declaró el presidente del consejo de Thyssenkrupp, Guido Kerkhoff.