La contienda por suavizar el ritmo de la transición del modelo energético viene políticamente inestable, con una fractura dentro de la izquierda y una batalla singular, semejante en algún sentido a la de la financiación autonómica, con alianzas transversales entre antagonistas ideológicos y correligionarios enfrentados. La inclinación del Gobierno a acelerar el cierre de las térmicas de carbón, y la estricta concepción de la descarbonización que contiene la proposición de ley de cambio climático recién registrada por Unidos Podemos han avivado las tensiones entre los socialistas asturianos y los del Gobierno de Pedro Sánchez, han soliviantado contra su dirección nacional a parte de Podemos Asturias y han puesto a prueba el equilibrio precario que acaso nunca haya tenido la coalición electoral Unidos Podemos en Asturias. En ese contexto, el diputado autonómico de IU Ovidio Zapico verbaliza el malestar de los suyos despedazando la propuesta legislativa de su grupo en el Congreso y la sumisión a ella que ha manifestado Sofía Castañón, la que fue su número uno por Asturias.

- No han sido capaces de sacar de la Junta una posición unánime respecto al futuro del carbón y de las centrales térmicas.

-La mejor radiografía que se puede hacer sobre la posición en la cámara es que es mayoritaria, pero no común, que hay elementos discrepantes importantes, y no sólo de matices. Hay cuatro fuerzas que coincidimos en lo esencial, PSOE, PP, Foro e IU, 33 diputados. Podemos y Ciudadanos son los discrepantes.

- ¿Qué frustra el consenso?

-Pretendimos acordar una declaración institucional con una posición común que Javier Fernández pudiera llevar a su reunión con Pedro Sánchez y la negociación encalló por la negativa de Podemos y Ciudadanos a incluir una mención sobre el futuro del carbón más allá del 31 de diciembre de este año, que al menos para IU es una línea roja.

- ¿La izquierda asturiana se juega la credibilidad y la influencia en esta partida?

-La transición energética debería suponer una defensa del interés general de Asturias por encima de siglas, justo lo contrario de lo que nosotros achacamos a la diputada nacional de Unidos Podemos. Para ella prevalece la decisión de su cúpula nacional frente a los intereses de nuestra industria y de nuestra clase trabajadora. Este asunto no se ve igual desde Madrid que desde el territorio, y eso trae problemas para la región y para las organizaciones políticas, a las que nos cuesta mantener una posición común con nuestros dirigentes federales. En todo esto está entrando un componente que nos preocupa, un fundamentalismo ecoliberal que está inoculado en el Gobierno, en torno a la Ministra, y en sectores de la izquierda nacional.

- Se proponen alternativas y compensaciones para los trabajadores de las comarcas afectadas.

-En IU de Asturias no queremos compensaciones, queremos realidades sobre el territorio. Ahora no se trata de darnos unos millones de fondos mineros y unas paladas de hormigón y de grava. Hablamos de que va a haber un cambio muy importante en el proceso productivo y Asturias debe seguir siendo una región productora de energía. Y la izquierda tiene que dar una respuesta a esto dentro del cumplimiento de los Acuerdos del París, pero sin olvidar que éstos tienen el horizonte y 2050 y que esa respuesta debe ser acorde con los intereses de la clase trabajadora. Porque si la izquierda se vende a estos postulados ecoliberales, ¿quién va a defender a los trabajadores? Esto es una lucha global, y no tenemos por qué ser los alumnos más aventajados de la clase, porque tampoco somos los que emitimos más CO2 y porque sólo un quince por ciento de las emisiones procede de la quema de carbón.

- No hay unanimidad plena ni en la Junta ni dentro de la izquierda. ¿Sorprendido?

-La izquierda está viviendo tiempos nuevos, y esta nueva izquierda, esta gente de Podemos, está aplicando los peores tics de la vieja política, está entregando territorios a cambio de un voto urbano ecoliberal y eso es un error muy grande. A los que nos representen les decimos que tienen que tomar decisiones que estén de acuerdo con lo que manifiestan quienes les votaron. Y ahora las decisiones de Sofía Castañón no están en consonancia con lo que pensamos los trabajadores, los que vivimos en los territorios más afectados por la descarbonización. Ella se apartó peligrosamente de su base social, está entregada a los postulados ecoliberales de Unidos Podemos y como no cambie pronto de parecer o no se avenga a dar explicaciones a ese espacio que tal vez es precario pero que sacó dos diputados en Asturias vamos a tener que pedirle el acta, porque no nos representa. Se alejó de aquello que tanto defendían de representar a la gente.

- Es una pelea difícil, de David contra Goliath, de la aldea gala contra el imperio.

-Tenemos que tejer alianzas con otros territorios galos en una situación parecida a la nuestra. Hay otros puntos del estado que tienen extracción de carbón y producción de energía térmica y ahí el presidente del Principado lo tiene bien planteado. Hay que tender puentes para dejar de ser una aldea gala aislada y pasar a ser un territorio galo, con cierta entidad, que pueda hacer frente a Roma. Nosotros vamos a seguir emplazando al Presidente a que lidere un gran acuerdo social, político, empresarial y sindical en defensa de una transición energética que no deje a nuestra región a los pies de los caballos. Es el primer objetivo por el que debe trabajar a la vuelta del curso.

- Pedro Sánchez: "Tomo nota".

-Esa respuesta nos preocupó. Compartimos el diagnóstico que Javier Fernández hace de la transición energética y lo que trasladó a Pedro Sánchez, que tiene un problema importante, cómo lograr reconducir las ideas de una ministra fundamentalista en materia ecológica y que tiene discrepancias con otros miembros del gabinete, como la ministra de Industria, Reyes Maroto. Y no vale que dentro del Gobierno haya un poli bueno y un poli malo. Debe hacer un planteamiento serio, global, en el que no puede haber deslocalizaciones interautonómicas en los procesos de producción. Hasta 2050 hay años. No podemos aventurarnos a cerrar las térmicas sin una energía de respaldo que garantice el suministro eléctrico.