"Las térmicas de carbón y las centrales nucleares lo tienen crudo; las primeras por sus emisiones de CO2, y las segundas, que no lo emiten, por motivos ideológicos; además, nos han breado a impuestos y estamos dejando de ser rentables", señaló Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear Español, que ayer acudió como invitado al seminario de La Granda dedicado a la transición energética.

El responsable de la asociación empresarial que reúne a las empresas propietarias de centrales atómicas incidió en la necesidad de "reconvertir" los territorios donde asientan las plantas de generación de ambas tecnologías. "No hay otra salida, porque, a lo sumo, en quince o veinte años todo estará desarmado", dijo. Y remarcó que, al igual que puede ocurrir en Asturias con el cierre de la minería del carbón o de las térmicas, en los lugares donde existen centrales nucleares la amenaza de clausura a corto o medio plazo también es traumática: "Imagínense el impacto para Almaraz, en Cáceres, donde apenas hay nada más que la central".