Una transición energética rápida, que prescinda en pocos años de las centrales térmicas de carbón y también de las plantas nucleares, provocaría "pérdidas masivas" de empleo en la región, según el criterio de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Su presidente, Belarmino Feito, y también el secretario general del sector industrial en CC OO, Damián Manzano, dejaron ver ayer, en los Cursos de La Granda, que los agentes sociales tienen posiciones coincidentes y pegadas también a las del Principado en torno a llamada descarbonización de la economía. Ese discurso común exige una hoja de ruta que permita el funcionamiento de al menos parte de las centrales carboneras en el horizonte de 2030 y desconfía de las promesas de compensaciones formuladas por el Gobierno central para los territorios más directamente afectados por el cambio de paradigma energético.

La amenaza de "perdidas masivas" de empleo de las que habló Feito procede del principal de los impactos que, argumentan la FADE, los sindicatos, el Principado y una corriente de expertos, tendría un cierre veloz de las térmicas como el que, al llegar al Gobierno, sugirió la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera: el encarecimiento de la electricidad y con ello el deterioro de la competitividad de actividades y empresas que sujetan el armazón fabril de la economía asturiana (Arcelor, Azsa y Alcoa, así como la industria transformadora metalmecánica y química). El sindicalista Damián Manzano señaló otro peligro: "Si las centrales de carbón salen del mercado, el suministro a la gran industria de la región estaría en dificultades; la incidencia sobre los precios y sobre la calidad del suministro es una fuente de gran preocupación".

Un reciente informe para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que por cada empleo que se pierda con la transición energética se generarán cuatro (en la construcción, en el sector eléctrico y en el transporte, sobre todo). En opinión de Belarmino Feito, tales cuentas en ningún caso saldrían así para Asturias, aunque la región tenga un núcleo empresarial importante (ingenierías, fabricantes de componentes...) especializado en plantas renovables. "Que España acelere en la descarbonización no favorecería que las empresas asturianas vayan a tener más contratos de inmediato; el sector ya está posicionado a nivel global en ese mercado", afirmó el líder de la patronal en La Granda (Avilés), donde ayer se desarrolló la segunda y última jornada de un seminario dedicado a las mutaciones que están en ciernes en la energía.

Belarmino Feito aportó en ese foro los siguientes datos del empleo y la actividad que estarían amenazados por una clausura "apresurada" de las térmicas: 7.000 empleos directos y otros 25.000 indirectos e inducidos en la industria intensiva en consumo eléctrico; un millar de puestos de trabajo en las centrales de generación, entre el personal propio de las eléctricas y el de subcontratas, y centenares de ocupados mas en el transporte, los que mueven los 374 camiones que a diario llevan el mineral importado desde El Musel hasta las térmicas asturianas y leonesas que se abastecen por el puerto gijonés.

El Gobierno central ha hablado de compensar a los territorios "perdedores" del proceso de descarbonización, pero tal oferta no convence ni a las organizaciones empresariales ni a las sindicales. "En Asturias tenemos experiencia -los fondos mineros- para saber que el modelo de compensación no funciona. Se habla de hallar alternativas a lo que cierre, pero son muy complicadas; el empleo que pueda crear la transición energética no se va a generar aquí", expuso el representante de CC OO Damián Manzano, ponente en La Granda, al igual que Belarmino Feito.

Éste último afirmó: "Asturias ya fue reconvertida y no está preparada para otra reconversión". A las puertas de que desde septiembre el Ministerio de Transición Ecológica concrete sus planes en un proyecto de ley en el que la región se juega mucho, el dirigente de los empresarios asturianos se adhirió a una posición expresada fechas atrás por el presidente del Principado, Javier Fernández: "En este momento no toca hablar de compensaciones, sino de plazos, de cómo va a ser la velocidad de la descarbonización, porque, como han señalado los expertos, se pueden cumplir los objetivos medioambientales sin ir a un cierre exprés de las térmicas".