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Las empresas asturianas minimizan sus relaciones con la Venezuela de Maduro

Sólo siete compañías han exportado este año al país sudamericano, que pasa a representar el 0,1% del negocio exterior de la región

Las empresas asturianas minimizan sus relaciones con la Venezuela de Maduro

Venezuela, sumida en la hiperinflación y protagonista estos días de una histórica devaluación de su moneda (96% respecto al dólar), ha espantado a los exportadores españoles, incluidos los asturianos. Las relaciones comerciales entre la región y el país gobernado por Nicolás Maduro están este año en niveles mínimos, al igual que el número de empresas que se arriesgan a hacer negocios allí: 1.249 de España, entre ellas únicamente siete de Asturias, según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX).

Venezuela llegó a ser el décimo segundo mercado en importancia para Asturias. Ocupó esa posición en 2010, año en el que las ventas de la región al país sudamericano, entonces con Hugo Chávez en la presidencia, superaron los 69 millones de euros, sobre todo en productos siderúrgicos y equipos industriales. En 2017, las exportaciones se limitaron a 5,3 millones y este año su valor fue de 2,27 millones hasta mayo. Venezuela ocupa ahora el puesto 64.º entre los destinos del comercio exterior asturiano y su aportación al negocio de las compañías que se mueven fuera de España equivale al 0,1% del total. La relevancia de las importaciones que llegan a Asturias de Venezuela es asimismo residual (0,2%).

El retroceso de las ventas a Venezuela ha sido paralelo a la crisis que se desencadenó a partir de 2014, con el hundimiento de la cotización del petróleo, que representa el 95% de las exportaciones del país y el sostén de las finanzas públicas del régimen bolivariano. Éste, a la muerte de Chávez en 2013, se adentró en una gran recesión con Nicolás Maduro en el poder. Se estima que entre 2014 y 2016, el PIB venezolano cayó el 25% y que en 2017 pudo perder entre el 12% y el 15% más, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición a Maduro.

La dificultad de las empresas venezolanas para disponer de divisas ha jibarizado sus importaciones, a la vez que se han disparado las alarmas entre las empresas extranjeras por los impagos. Las agencias de "rating" califican los bonos de deuda pública con la calificación de "default" parcial, después de que en 2017 Caracas no abonara varios vencimientos.

Ese riesgo de impago alcanza en Asturias de manera principal a Duro Felguera, con filiales en Venezuela y que tiene por cobrar parte del dinero de la construcción de un complejo de ciclos combinados cerca de Caracas (contrato investigado por la Fiscalía por el pago de supuestos sobornos a dirigentes chavistas). Esa deuda era de más de 90 millones cuando, en 2017, se agravaron los problemas financieros del Gobierno. Duro registró en las cuentas de ese ejercicio un deterioro de 46,4 millones por su exposición a Venezuela.

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