En el pulso entre Dimas Gimeno y sus primas, los grandes directivos tomaron partido por las hermanas ("la propiedad", en expresión interna) para eludir un mal mayor: una lucha de poder entre los principales accionistas (la Fundación y las herederas de Isidoro Álvarez) si "la vieja guardia" hubiese apoyado a Gimeno. También influyeron decisiones de Gimeno, como ordenar una investigación por supuestas irregularidades en el departamento de seguridad, lo que podría salpicar a directivos con gran predicamento.
Este domingo, el nuevo presidente, Jesús Nuño, hizo una invocación a la unidad en su primera intervención ante los accionistas. Este asunto es clave para garantizar la paz y cancelar la controversia poco edificante en la que se ha desenvuelto una empresa con un impacto sistémico sobre la economía española. La "vieja guardia" y las hijas de Isidoro tendrán que demostrar que su capacidad de entendimiento no se limitaba a expulsar a Gimeno. También tendrán que restañar heridas Al Thani y Carlota Areces Galán, que fue expulsada por sus críticas públicas a las condiciones económicas que se le ofrecieron al jeque para venderle el 10% de la empresa.Tanto Gimeno como sus primas habían intentado ganarse a Carlota prometiéndole la vuelta al consejo. Los Areces Galán se mantuvieron expectantes y al final se adhirieron a la mayoría: se asegura que comprometieron su voto en la junta para expulsar a Gimeno si éste no hubiese renunciado. El pacto contra Gimeno incluyó la renovación de Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echavarría ("Vieja guardia") y Paloma García Peña (familia). También tendrán que entenderse los consejeros delegados: Jesús Nuño (afín a la "Vieja guardia") y Víctor del Pozo, aliado de las hermanas. En octubre, cuando se les nombró, la organización interiorizó que quien mandaba de verdad era Del Pozo. Pero ahora Nuño preside.