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El clan asturiano pierde peso en el consejo de El Corte Inglés pese al retorno de Ceslar

La salida de Gimeno y la ampliación del órgano de administración diluyen a la familia fundadora al 18,2% frente al 44,4% de cuando murió Isidoro Álvarez

Jesús Nuño de la Rosa. EUROPA PRESS

La dinastía asturiana fundadora de El Corte Inglés ha vuelto a perder peso en el consejo de administración del grupo de grandes almacenes pese a la readmisión este domingo de un representante de la sociedad Ceslar (la rama Areces Galán) que había sido expulsado en 2015. La ampliación del órgano de 10 a 11 miembros y la salida anteayer del expresidente Dimas Gimeno Álvarez redujo la posición de los miembros del grupo familiar fundador al 18,18% de los integrantes del consejo. Hasta el domingo sumaban el 20%.

Esta merma viene produciéndose desde que en 1969 comenzó la incorporación al consejo como vocales de los directivos de la empresa con mayor influencia y protagonismo en la casa, y se aceleró con la salida de dos ramas (los Areces Fuentes en 1999 y los González Delgado en 2009), la entrada del primer vocal independiente y la muerte de Isidoro Álvarez (2014), la participación en el capital -un hecho sin precedentes- de un inversor ajeno al grupo (el jeque catarí Al Thani) y la inmediata expulsión por vez primera de un miembro de la estirpe (2015), y la guerra interna y fuertes tensiones por la sucesión de Isidoro Álvarez, que condujeron a la pérdida por el clan asturiano de la presidencia de la Fundación Ramón Areces (mayor accionista de la empresa) en 2015 y la de El Corte Inglés el pasado 15 de junio -otros dos hechos insólitos en ochenta años- más la designación este domingo de un segundo consejero independiente.

Mientras vivió el indiano y millonario César Rodríguez (fundador, presidente y máximo propietario de la empresa) el consejo estuvo integrado al 100% por él y tres sobrinos, y se amplió a cinco días antes de su fallecimiento.

El nombramiento de los primeros directivos en 1969 y en 1970 como vocales marcó el inicio de la reducción del peso familiar aun cuando en esa fecha fue cooptado el tercer Areces que formó parte del máximo órgano ejecutivo. Cuando en 1989 falleció Ramón Areces, la dinastía de Grado aún dominaba el 71,43% de los puestos. Con Isidoro Álvarez (tercer presidente) siguió la tendencia declinante y se situó en 2014 en el 44,44%. Desde entonces se ha rebajado a menos de la mitad.

La compañía aún mantiene, no obstante, un marcado carácter familiar. Con la entrada de las dos hijas adoptivas de Isidoro Álvarez (Marta y Cristina Álvarez Guil), los parentescos determinan aún hoy el 36,36% de los consejeros y en torno al 40% del capital, pero todo esto está llamado a reducirse. En la Fundación Ramón Areces (dueña del 37,39%), la familia (incluidas las hijas de Isidoro) tiene un tercio de los puestos y los directivos, los otros dos. Tras la desvinculación total de Gimeno de El Corte Inglés (su relación con la empresa se limita a ser accionista minoritario de una sociedad tenedora de acciones de la compañía), cabe la duda de si continuará o no en el patronato de la Fundación.

En todo caso, El Corte Inglés podría seguir incorporando vocales independientes (a Manuel Pizarro se sumó anteayer Fernando Becker, ambos expolíticos del PP) y existe el compromiso por escrito con Al Thani de al menos estudiar la salida a Bolsa, lo que, de producirse, diluiría la posición dinástica.

Los retos inmediatos ahora siguen siendo la conducción de los graves problemas en los que quedó la empresa tras la muerte de Isidoro Álvarez hace cuatro años: un endeudamiento sin precedentes, una competencia (sobre todo "on line") creciente, una importante caída de la cuota de mercado (de la que ha empezado a recuperarse) y una solución sucesoria que ha fracasado de modo estrepitoso.

La destitución de Gimeno en junio como presidente y ahora su renuncia como consejero y directivo horas antes de ser expulsado (previa indemnización de 8,7 millones de euros netos) supone en realidad la rectificación por el poder emergente en la compañía (la alianza táctica, aunque con posiciones diferenciadas, de las hermanas Álvarez Guil y de los directivos más influyentes, la llamada "vieja guardia") de la última gran decisión que tomó Isidoro Álvarez, cuando impuso a su sobrino Dimas Gimeno como su sucesor al frente de la organización.

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