Una nueva guerra se abre en el horizonte de los supermercados. Mercadona y Lidl, dos de las cadenas que más compiten a nivel nacional y que en los últimos meses han iniciado reformas en muchos de sus establecimientos comerciales se lanzan ahora a una nueva guerra: la de las compras a través de internet. El dueño del local de los valencianos reconoció ya hace meses que la web de Mercadona era "una mierda" y se puso manos a la obra. En Valencia se está probando un nuevo mecanismo que permite al consumidor pedir la compra en los establecimientos de la cadena y que te lleguen a casa de forma rápida y segura. Ante este panorama Lidl no se ha quedado atrás y ha decidido tomar decisiones que algunos consideran incluso "arriesgadas".

Este supemercado de origen extranjero ya tiene clara su nueva estrategia. Y la está probando en Madrid. Pero antes esta empresa ha dado un pequeño "susto" a los clientes que hasta ahora tenían como referencia "últimas unidades", la pagina web en la que desde hace años se vendían los productos estrella de sus establecimientos: la página va a cerrar para que el grupo pueda afrontar su nueva estrategia digital. "Últimas unidades cierra pero muy pronto abrirá la nueva web de compra online, por el momento está en fase de pruebas en la comunidad de Madrid".

Y es que si algo diferencia a Lidl del resto de hipermercados de nuestro país es esa venta de pequeños electrodomésticos, objetos de deporte y ropa que a veces causa tanta sensación entre sus clientes (muchos de ellos llegan incluso a veces a hacer colas delante de los supermercados los días que saben que salen a la venta nuevas promociones).

Compra irracional

El objetivo ahora, como el de cualquier gran superficie, pasa por acercar aún más la compra al cliente creando nuevos modos de venta. Y en eso internet ha crecido mucho. La posibilidad de hacer compras desde casa con la tarjeta de crédito y sin levantarse del sofá tiene también beneficios que los expertos en venta tratan de explotar: es una compra más irracional y por tanto menos consciente. No nos damos cuenta del dinero que nos estamos dejando. De esta manera Lidl y competidores como Mercadona tratan de comerse parte del pastel que hasta ahora tenían empresas como Amazon, el gran distribuidor de las ventas a través de la web al que ahora parece que van a querer hacer sombra hasta los supermercados.