El consumo de gasóleo frenó casi en seco en junio en Asturias. El dato lo divulgó ayer la Sociedad Asturiana de Estudios Industriales (SADEI), que señala que el descenso fue del 23% en comparación con el mismo mes del año anterior. La caída coincide en el tiempo con el anuncio del Gobierno de subir los impuestos que gravan a este carburante para intentar mitigar su consumo. Aunque las gasolineras achacan el retroceso a que la actividad económica no acaba de repuntar y a la alta presión fiscal que tienen los combustibles en la región, debido al llamado "céntimo sanitario", que hace que los precios sean superiores a los de provincias vecinas como Cantabria o León.

En junio se consumieron en Asturias 31.821 toneladas del gasóleo de automoción. Nunca, desde que hay estadísticas, se había alcanzado una cifra tan baja.

Lo que no se frena es el precio del gasóleo, que ha pegado un fuerte acelerón durante estas semanas de verano. En concreto, el litro de diésel se paga en la región a 1,25 euros por litro. Son 17 céntimos más que en agosto de 2017. El caso de la gasolina es similar. Eso sí, su consumo no ha pegado un frenazo tan brusco, sólo cayó un 5% en junio, según los datos recogidos por SADEI. En su caso, el precio por litro en los surtidores asturianos alcanzaba ayer los 1,36 euros, según la información del geoportal de hidrocarburos del Ministerio de Energía. Son 14 céntimos más que hace un año.

Con estas cifras, el "lleno, por favor" en las gasolineras asturianas es ahora ocho euros más caro que hace un año en el supuesto de un vehículo con motor diésel y con una capacidad para cincuenta litros. Y siete euros más para un turismo con las mismas características pero que funciona con gasolina.

El Gobierno se ha propuesto reducir todo lo posible el consumo de gasóleo, al que acusa de ser muy contaminante. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, llegó a asegurar que el diésel "tiene los días contados". Mientras que el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio (Asvecar), Fernando Villa, defiende que las últimas exigencias medioambientales sobre los motores de estos vehículos hacen que ya no sean tan contaminantes como los pintan.

Por otro lado, el secretario general de UGT en Asturias, Javier Fernández Lanero, aseguró que "no es buena señal" que no se sepa nada aún del plan estratégico que la ministra Ribera había prometido presentar. "Espero que no lo estén redactando ahora de forma rápida para presentarlo en septiembre", señaló.