La economía estadounidense registró un crecimiento anualizado del 4,2% en el segundo trimestre, lo que supone una décima más de lo estimado inicialmente y representa el mayor ritmo desde el tercer trimestre de 2014, según la segunda estimación de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de EE UU. La aceleración del crecimiento del PIB en el segundo trimestre reflejó el mayor crecimiento del gasto de consumo personal, las exportaciones, la inversión pública, así como un menor descenso de la inversión residencial fija. En concreto, el gasto de los consumidores creció un 3,8% anual, frente al 0,5% entre enero y marzo, mientras que el gasto público aumentó un 2,3%, superando el incremento del 1,5% en los tres primeros meses de 2018. Las exportaciones subieron el 9%.