La buena marcha de la recaudación tributaria contribuyó a bajar el déficit del Estado al cierre de julio hasta los 18.080 millones de euros, lo que supone una reducción de 2.742 millones respecto al mismo período del pasado año, el 13,2 %.

El progresivo descenso del déficit se observa también en el resto de subsectores, lo que permitió al conjunto de las Administraciones -salvo las corporaciones locales, cuyos datos aún no se conocen- terminar el primer semestre del año con un desfase de 22.698 millones de euros, un 15,8 % menos.

Según los datos de ejecución presupuestaria publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda, el déficit público del semestre equivale al 1,87 % del producto interior bruto (PIB), una cifra que se sitúa por debajo tanto de la estimación del Gobierno para el conjunto del año (2,7 % del PIB) como de la meta oficial (2,2 % del PIB).

En la primera mitad del año, la Administración central acumuló un déficit equivalente al 0,82 % del PIB, frente al 1,07 % del año anterior, cuando su objetivo oficial para el ejercicio es del 0,7 %.

La Seguridad Social, cuyo objetivo es el 1,1 % del PIB, cerró junio con un déficit del 0,46 %, mejor que un año antes (0,51 %).

También mejoraron las comunidades autónomas -pasan del 0,73 % al 0,59 % del PIB-, por encima de su objetivo anual (0,4 %), en un período en el que sólo una comunidad, el País Vasco, logró anotarse superávit.

Los datos más actualizados, que abarcan hasta julio, se refieren únicamente a la ejecución presupuestaria del Estado, que tras su reducción en los siete primeros meses del año equivalía al 1,49 % del PIB, cuando un año antes era del 1,79 %.

Esta buena marcha viene impulsada, como en meses anteriores, por el aumento de los ingresos impositivos, del 8,3 %, hasta los 93.680 millones. El total de ingresos del Estado en este período fue de 109.444 millones, un 9 % más.

Todos los grandes impuestos registraron avances: los ingresos por el impuesto sobre el valor añadido (IVA) alcanzaron los 44.552 millones, un 7,8 % más; los del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), 22.347 millones, un 11,9 % más -debido tanto a las retenciones como al resultado de la campaña de la renta-, y los del impuesto de sociedades, 9.946 millones, un 10,3 % más.

Los mayores dividendos del Banco de España y Enaire impulsaron las rentas de la propiedad hasta los 3.735 millones, un 18,3 % más, mientras que los intereses cobrados por el Estado bajaron un 0,5 %.

Por su parte, los gastos crecieron un 5,2 %, hasta los 127.524 millones, principalmente por el efecto de las transferencias corrientes a las distintas Administraciones.

En este período también aumentó la inversión (un 80,3 %), la aportación a la Unión Europea (UE) por recursos de IVA y a la Renta Nacional Bruta (RNB), un 12,7 %, y los consumos intermedios (un 2,3 %).

En cuanto a la remuneración de los asalariados, se incrementó en un 0,2 % en los siete primeros meses del año pero bajó un 1,5 % en julio, ya que los empleados públicos cobraron en ese mes del pasado año tanto el aumento salarial como los atrasos pendientes y en este ejercicio sólo la subida.