La larga crisis y las reformas laborales impuestas han contribuido al auge de la precariedad laboral, afectando a todo tipo de empleos y devaluando así el propio concepto de trabajo. Las personas jóvenes no somos una excepción, sino más bien el claro exponente. Desde 2008 en Asturias hemos ido sumando méritos para ser campeones de la precariedad juvenil. El empleo estable y con derechos en nuestra región ha entrado en vías de extinción.

De hecho, las escasas oportunidades de empleo y las precarias condiciones de trabajo empujaron a más de 41.600 jóvenes a la emigración laboral en la última década. Esto, sumado al alto índice de envejecimiento, augura un futuro muy incierto sobre el desarrollo de la región.

El elevado paro, la precariedad de los empleos, la baja emancipación y el éxodo laboral han disparado los niveles de desigualdad y pobreza laboral, convirtiendo a la juventud en el grupo con mayor riesgo de sufrir exclusión social.

El mercado laboral no nos trata bien. Nuestro índice de actividad es de los más bajos del país: solo 1 de cada 4 jóvenes trabaja o busca empleo, mientras otros 51.000 permanecen al margen de éste. La tasa de empleo se sitúa en el 14,04%, cuando hace 10 años era del 37,01%.

Hay que señalar además que los empleos a los que accedemos son abrumadoramente precarios, y en más de la mitad de los casos desempeñamos un trabajo para el que estamos sobrecualificados, lo que acarrea que nuestros ingresos salariales sean muy reducidos. Según los últimos datos de la Agencia Tributaria los jóvenes menores de 25 años cobran una media de 6.000 euros al año.

Este tipo de contratos, que nos impiden construir proyectos de vida a medio y largo plazo, conlleva que la situación de quienes se encuentran en el desempleo sea muy precaria y vulnerable, tanto que 9 de cada 10 inscritos en el Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias carecen de prestaciones.

Complicado lo tenemos las personas que nos hemos quedado aquí y las que han emigrado. El último plan de retorno del talento desarrollado por el Gobierno del Principado de Asturias únicamente ha conseguido que 2 personas regresen a la región. Todo un logro teniendo en cuenta que en la convocatoria anterior el balance fue de cero.

Pero no nos resignamos. Y en CC OO tenemos propuestas: generar empleo de calidad; subsanar el desajuste existente entre la formación adquirida y los puestos de trabajo que ofertan las empresas para tratar también de retener el talento; que la figura del becario y la becaria no sea utilizada para suplantar puestos de trabajo; que el Gobierno evalúe y replantee de un modo integral, con el consenso de los agentes sociales, la Garantía Juvenil; y que se acabe con el uso fraudulento de las prácticas no laborales, además de la absoluta carencia de derechos que rodea la figura del falso autónomo. También es imprescindible reforzar los sistemas públicos, una política de vivienda que nos permita emanciparnos y políticas que faciliten la conciliación. De igual modo, urge establecer un nuevo tejido productivo tras la desindustrialización salvaje que ha sufrido la región.

No se pueden aceptar más excusas y menos aún demoras mientras nuestra región se apaga y con ella el futuro de "la generación más preparada de asturianas y asturianos".