La transición energética (las políticas europea y española tendentes a la descarbonización de la economía) es "una amenaza y también una oportunidad" y Asturias debe mantener por ello una "estrategia dual", señaló ayer Guillermo Ulacia en el inicio de su segunda mandato como presidente de Femetal, la patronal metalúrgica asturiana. Ulacia recomendó "prudencia" en la adopción de medidas que impliquen "cierres o deslocalizaciones" porque "no necesitamos reconversiones adicionales", porque se proponen soluciones que aún sólo son "prototipos" y porque una eventual fuga de empresas a países más tolerantes que la UE con las emisiones de gases de efecto invernadero supondría no frenar el cambio climático y haber perdido el empleo propio.

Sin embargo, la descarbonización supone una "oportunidad", señaló, para las compañías asturianas -algunas ya avezadas en la ingeniería y en la fabricación de componentes para las energías limpias- y abogó por acrecentar el esfuerzo inversor en investigación, desarrrollo e innovación. "En el futuro vamos a tener el mix energético más equilibrado de la historia, con un 25% generado con carbón, que perderá peso; otro 25% con gas, otro 25% con petróleo y el 25% restante con energías renovables". "Esto entraña", indicó, "una oportunidad para que Asturias contribuya a aportar soluciones para las energías alternativas". Por ello sostuvo que "Asturias debe abordar su transformación energética-industrial en el entorno de una economía baja en carbono y competitiva. Debe desarrollar fuentes energéticas sostenibles y promover la fiscalidad verde. Y, al mismo tiempo, los riesgos medioambientales hacen necesario el desarrollo de modelos de producción, transporte y movilidad más sostenibles".

Sobre las medidas compensatorias que prepara el Gobierno para los territorios y colectivos que sufran pérdida de actividad por la clausura de plantas que polucionan, Ulacia señaló que, como se demostró con los fondos mineros, las zonas de urgente reindustrialización (ZUR) y otras medidas de reactivación aplicadas en el pasado para compensar procesos de reestructuración y reconversión, lo importante no es el dinero y las ayudas (Vestas, señaló, se va a ir de León, pese a haber recibido 12 millones, tras haberse quedado "sin mercado") sino que "la clave" está en disponer de proyectos ("Y no tenemos suficientes proyectos internos", dijo) y "cómo hacemos para ser un entorno atractivo y competitivo".

El dirigente de Femetal, proclamado ayer para un segundo mandato de cuatro años tras no haber concurrido ningún otro candidato a las elecciones presidenciales de la patronal metalúrgica, planteó la reivindicación de la industria electrointensiva para que se aclare el sistema que vaya a sustituir a los actuales pagos por interrumpibilidad, y tanto para estas compañías como para el conjunto de la industria regional demandó un coste energético que no cuestione la competitividad. Las actuales alzas de precios, y que no son trasladables a los precios, "están aumentando la vulnerabilidad de las empresas", explicó.

Ulacia reclamó "más colaboración" entre empresas y otros agentes "para crear sinergias y un entorno más competitivo" ("Los retos de la sostenibilidad son demasiado complejos para ser resueltos de manera independiente") y demandó "generación de empleo, pero especialmente la generación de empleo cualificado", "avanzar en la incorporación de las nuevas tecnologías y la digitalización, intensificando los cambios de modelos de negocio", la evolución "hacia nuevos modelos de organización empresarial caracterizados por una mayor participación de los trabajadores", "una estrategia de innovación ambiciosa", una política fiscal que no piense sólo "en la recaudación, sino en cómo se invierte y en su retorno", "mayor fortalecimiento y desarrollo de la pequeña y mediana empresa" y "transformar el sector del metal en un polo metalúrgico de referencia europeo y mundial".