El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido el "diálogo y el respeto a la ley" en Cataluña después de que el portavoz de ERC, Joan Tardá, le haya avisado de que si no se retira la acusación de rebelión a los imputados por el "procés" es "casi imposible" que haya presupuestos.

"Cataluña será su tumba política si no profundiza" en la búsqueda de una solución", ha advertido Tardá al presidente del Gobierno en la sesión de control en el Congreso, después de condicionar su apoyo a los presupuestos generales del Estado a que se retire la acusación de rebelión a los políticos catalanes procesados en la causa del "procés".

"Si no insta a la Fiscalía General del Estado a retirar la acusación de rebelión, ¿cómo será posible pactar los presupuestos?. Casi, casi, es un imposible", ha dicho Tardá.

El portavoz de ERC en el Congreso ha reprochado a Sánchez una posición "un tanto hipócrita" cuando insta a la sociedad catalana a dialogar pero, a la vez, "excluye" a los más de dos millones de catalanes que hace un año -ha dicho- "nos autodeterminamos".

Tardá cree que "la exclusión nunca puede ser solución de nada" y que no se puede construir una solución contra la voluntad de los catalanes independentistas ni contra la voluntad de quienes no lo son.

En su respuesta, el presidente del Gobierno ha asegurado que el Ejecutivo y el PSOE siempre ha defendido que no se debe judicializar la "crisis política" en Cataluña, pero también ha alertado de que no se puede quebrar la legislación como hizo la mayoría independentista en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre de 2017.

Por eso, ha asegurado que el Gobierno utilizará "esa doble vía": "la ley y el diálogo".

"Respetemos la ley y encontremos cauces para fructificar ese diálogo que creo que necesitan tanto los catalanes no nacionalistas como los nacionalistas", ha afirmado Sánchez.

En cambio, Tardá ha insistido en que la solución solo puede encontrarse en el diálogo y la negociación para convocar un referéndum al que se sientan llamados todos los catalanes, y en que un "escenario de exclusión" o de "venganza y escarmiento" es "pan para hoy y hambre para mañana" y puede incluso provocar una crisis mayor que la que significó la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

Se trata, ha recalcado Tardá, de que haya un referéndum en el que los catalanes puedan decidir si quieren "más autonomía" o si Cataluña debe ser una república.

De su lado, el presidente del Gobierno ha insistido en que el mandato que debe obedecer la Generalitat no es el del 1-O, en el que la participación alcanzó el 47 por ciento, sino el de las elecciones del 21D, en las que votó el 80 por ciento de los catalanes.

"La prioridad para el Gobierno no es la independencia ha enfatizado el jefe del Ejecutivo para, a continuación, insistir en su compromiso de impulsar el diálogo, como ya está haciendo a través de las comisiones bilaterales o la Junta de Seguridad. "Estamos impulsando la normalización institucional como paso previo a la normalización social", ha dicho.

Por último, ha apelado a los independentistas a no tener cerrado el Parlament en septiembre y abrir mesas de diálogos entre catalanes.

"Catalanes con catalanes, no catalanes contra catalanes. Ni más muros ni más derechas, convivencia, y en eso estará este Gobierno", ha concluido el presidente.