El Gobierno está considerando una posible rebaja del impuesto de sociedades en dos puntos del tipo nominal (del 25% al 23%) a las pequeñas y medianas empresas (pymes) que facturen hasta un máximo de un millón de euros, según anunció ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La decisión no es definitiva y está supeditada a un acuerdo en materia tributaria con las formaciones que dieron respaldo a la moción de censura del PSOE contra Mariano Rajoy y que, de secundar la propuesta del gabinete, garantizarían su aprobación.

Gestha, una de las asociaciones de técnicos de Hacienda, estimó que una rebaja de dos puntos a las empresas que facturan hasta un millón de euros beneficiaría sólo al 0,5% del censo empresarial español. El ahorro tributario para el conjunto de estas sociedades alcanzaría, según el mismo colectivo, 36 millones de euros.

El ejecutivo lanza esta propuesta a la vez que mantiene el propósito de que las grandes compañías abonen al menos el 15% como tipo efectivo sobre la base imponible y que sería de "obligado cumplimiento", por lo que, a partir de ese "suelo", la carga impositiva ya no podría reducirse.

Ahora algunas grandes compañías satisfacen en torno al 6% tras bonificaciones, desgravaciones y deducciones, así como las exenciones sobre beneficios obtenidos en el exterior para evitar la doble imposición al haber sido ya gravados en origen. Como promedio, estas magnas compañías satisfacen un tipo efectivo del 12%, según Hacienda.

El ejecutivo también mantiene el propósito de exigir "un esfuerzo al sector financiero" aunque probablemente ya no será con un impuesto directo a la banca sino a los flujos y movimientos de capitales, así como a las grandes compañías tecnológicas, a las que se les viene acusando de prácticas de optimización y elusión fiscal, que también preocupan a la UE.

La ministra explicó ayer, en declaraciones a Radio Nacional del España, que se sigue trabajando también en la anunciada subida del IRPF para las rentas altas, que previsiblemente supondrá un incremento de tres o cuatro puntos en el tipo máximo que les es aplicable, y que afectaría a los contribuyentes con rentas superiores a 150.000 o más probablemente -dijo- a 140.000 euros anuales. También aumentará la fiscalidad a las rentas del capital.