Oviedo, L. G.
Asturias, al igual que España, ha perdido desde 2008 el 20% de los centros productivos industriales. En medio de esos daños, el trabajo del catedrático Joaquín Lorences ha identificado un total de quince ramas productivas en las que existen ahora más negocios que antes del ciclo recesivo. El aumento es "muy pequeño" en términos absolutos (39 centros más), pero, expone el economista, tiene el valor de "haber surgido a pesar de las dificultades de una crisis larga, generalizada y profunda, lo cual garantiza que detrás existe un proyecto robusto".
¿Qué tipo de actividades industriales emergen de esa manera? Lorences pone el acento en cuatro ramas que forman parte del catálogo de la OCDE de industrias de alta tecnología (fabricación de componentes eléctrónicos, de equipos de telecomunicaciones y dos especialidades farmaceúticas) y otras cinco definidas como de media tecnología (fabricación de equipo eléctrico, máquinas herramienta, material ferroviario e instrumentos médicos). "Sus crecimientos son consistentes con el surgimiento de un nuevo modelo basado en el conocimiento y las nuevas tecnologías de la comunicación y la informática".
Otro resultado positivo y que, sostiene Joaquín Lorences, favorece de manera indirecta el desarrollo industrial y mitiga un déficit histórico de la región: Asturias gana 194 centros de trabajo dedicados a los servicios avanzados (telecomunicaciones, consultoría informática, procesamiento de datos, I+D...) y centenares de ellos más en los llamados "servicios a las empresas" (consultorías, agencias de marketing, análisis técnicos...).
