El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidro Fainé, se ha mostrado dispuesto a apoyar al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en su nuevo plan de lucha contra la pobreza infantil y ha puesto a su disposición tanto financiación como la experiencia de la entidad que lidera en este ámbito.

En una entrevista en el semanario "El Nuevo Lunes", Fainé recuerda que La Caixa impulsó hace diez años el programa CaixaProinfancia y que su conocimiento en la materia puede contribuir a lograr el objetivo del Gobierno.

"De momento, aún no hemos concretado nada más, al margen de esta voluntad, sensibilidad y compromiso, por parte de la Fundación, de aportar parte de la financiación a este nuevo plan", explica Fainé, que espera que en los próximos meses aumente el número de menores en riesgo de exclusión social que recibirán ayuda alimentaria y apoyo para erradicar el abandono escolar.

En la entrevista, el directivo habla también de la situación de Cataluña y de las circunstancias que llevaron a CaixaBank y a la Fundación Bancaria a trasladar su sede social a Valencia y Palma de Mallorca, respectivamente, hace ahora un año, como consecuencia de la crisis política en esta comunidad.

"Cuando se vio que podía haber un problema de liquidez a medio plazo tuvimos que tomar una decisión drástica, casi sin contar con nadie", asegura Fainé, que remarca que el objetivo prioritario fue salvaguardar los recursos de los clientes y mantenerse bajo el amparo del Banco Central Europeo (BCE).

Asevera, en este punto, que nadie le "pidió nada" y que la decisión de trasladar las sedes "fue una lucha entre la cabeza y el corazón". "Pero lo teníamos que hacer aunque tuviéramos el corazón dividido, porque también tenemos cabeza".

Incide además Fainé en que la posibilidad de que Cataluña saliera de la UE era para él "un hecho inconcebible": "Ni Cataluña, ni ninguna región, ningún país de la Europa actual puede vivir ni diez minutos fuera del euro. Los mercados mandan", recalca.

Ante la actual situación política en Cataluña, el expresidente de CaixaBank afirma que su interés prioritario es "el entendimiento, el diálogo, la estabilidad y la seguridad" para sus clientes y empleados, a la vez que apela a la prudencia y al sentido común e insiste en que "la negociación sincera es clave para alcanzar un acuerdo definitivo".

Respecto a la salida de CaixaBank de Repsol, Fainé comenta que fue una operación "súbita y por sorpresa", y que si bien el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, le informó previamente de la venta, él se mantuvo al margen y no dijo "ni sí ni no".

"Lo decidió el Consejo del banco con discusión interna. No avisé a ningún consejero de lo que tenían que hacer ni me preguntaron sobre ello", argumenta el directivo, que subraya que existe "una muralla china" entre CaixaBank y la Fundación y que él está "al otro lado" de esta muralla.

Reconoce, en cualquier caso, que la participación en Repsol no era estratégica y que si bien se trata de una "magnífica compañía", él personalmente nunca hubiera entrado en ella, ya que el precio de las acciones en una industria como esa fluctúa mucho y la regulación europea penaliza las participaciones industriales.