La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Presidente del comité de Alcoa en Avilés

Sergio Sobrido: "Nos sentimos traicionados, Alcoa nos utiliza como rehenes"

"Sabíamos que tanto va el cántaro a la fuente que acaba rompiendo, pero este año había indicadores para la esperanza"

Sergio Sobrido, ayer en Avilés. MARA VILLAMUZA

Sergio Sobrido (Avilés, 1978), de la USO, preside desde el pasado junio el comité de empresa de Alcoa en Avilés. Ingresó en la factoría aluminera en 2011.

- Cuarenta años, casado y con una niña. El suyo es el perfil de la plantilla de la fábrica.

-Siempre que se anuncian cierres se lanzan planes sociales que pasan por prejubilaciones masivas. En este caso no es posible. Alcoa Avilés ya afrontó un proceso de rejuvenecimiento. El perfil medio responde a un trabajador menor de 40 años, casado y con cargas familiares. En caso de cierre solo hay dos escenarios: recolocaciones o despidos. Y San Ciprián no tiene capacidad para absorber tantas recolocaciones.

- ¿Qué mensaje traslada el comité a los trabajadores?

-Estamos ante una situación mucho más compleja que la de 2014 e inesperada, incluso para los jefes de la planta. Creemos que se puede revertir, que hay que trabajar duro, y no caer en el desánimo. Va a ser un proceso largo y duro psicológicamente. Por eso no hay que quemar todas las naves en la primera semana de conflicto. No vamos a aceptar una negociación de cierre, no estamos dispuestos a hipotecar el futuro de 317 familias.

- ¿Con quien hay más cabreo, con Alcoa o con Madrid?

-Con la empresa, claramente. Estamos desilusionados por las continuas promesas políticas incumplidas pero nos sentimos traicionados por la compañía. Siempre ha hecho gala de cuidar a las personas, presume de su código ético, pero se ha demostrado que todo eso es papel mojado. Lo que prima son los intereses económicos. Nos usan como rehenes en un conflicto que tienen con el Gobierno central.

- Habla de sorpresa, pero la mayoría de los argumentos que esgrime Alcoa son los mismos que cuando amenazó con cerrar en 2014.

-Sabíamos que tanto va al cántaro a la fuente que al final se acaba rompiendo. Pero también es cierto que había indicadores que invitaban a la esperanza. Parecía que se iba a tratar de definir un marco energético en España y durante este 2018 estábamos viendo inversiones por parte de la compañía para el mantenimiento de la actividad industrial. Se están arreglando los tejados de las series dos y tres (de electrolisis), hay obras de rehabilitación en marcha, este martes recibimos material para más obras que hay pendientes?

- ¿Llega demasiado tarde la reacción política?

-Llevamos muchos años advirtiendo de que había un problema muy grave y que estaba en riesgo la industria electrointensiva. Se ha ido minusvalorando, como si fueran cantos de sirena. La respuesta política no llegará tarde si tiene resultados. Creo que la respuesta está siendo tan contundente porque los gobiernos (el central y los de Asturias y Galicia) se han sentido engañados por la compañía. No conocieron la noticia hasta el último momento. La compañía incluso les negó la comunicación. Ven que Alcoa está actuando de muy mala fe.

- ¿Ven futuro en la fábrica fuera de Alcoa?

-En el contexto actual no hay posibilidad real de mantenimiento de las fábricas fuera de Alcoa. Entendemos que si hay venta a terceros, el comprador tendría que ser un productor integral, tendría que tener sus propios canales de abastecimiento de alúmina.

- ¿Creen que puede ser otro órdago?

-Nos gustaría creer que es un órdago, pero creemos que es una decisión evaluada y analizada hace mucho tiempo pero no tomada hace tanto. El factor determinante ha sido la previsión de que los precios de la alúmina van a estar muy altos este año, el siguiente, y puede que sigan aumentando.

- ¿Ven ahora una trampa en aquella segregación de plantas de años atrás?

-Se nos vendió como que no tenía ninguna importancia ni afección sobre las plantas y ahora se nos presenta como un enemigo. Avilés y La Coruña presentan pérdidas, pero el grupo Alcoa España tiene beneficios millonarios. Es posible que cierren esta año con 200 millones de beneficios. Cuando las grandes corporaciones industriales realizan movimientos de esta índole siempre hay detrás una trampa para los trabajadores.

- La Ministra Teresa Ribera recordó a Alcoa que obtuvo más de 1.000 millones en diez años en ayudas para pagar la factura eléctrica.

-Las industrias electrointensivas llevan recibiendo incentivos para poder ser competitivas por los costes eléctricos desde que eran empresas públicas. Sin esas ayudas jamás habrían sido competitivas ni habrían llegado hasta aquí. Creemos que es una irresponsabilidad por parte de la Ministra indicar que las bonificaciones son subvenciones. No es el mejor mensaje que puede mandar en apoyo de la industria y de los trabajadores.

Compartir el artículo

stats