Todos los clientes de Arcelor-Mittal que se dedican a fabricar automóviles han tenido que parar producción debido a las bajas expectativas de ventas que manejan para lo que resta de año. Así lo señaló ayer la dirección de la multinacional siderúrgica para justificar las diferentes paradas de producción que se van a realizar en los talleres de galvanizado de Avilés durante estos meses de noviembre y diciembre. Lo dijeron durante la presentación de los resultados de las plantas regionales en el primer semestre del año que, para cabreo de los sindicatos, no incluyó datos económicos ni tampoco grandes evoluciones o perspectivas de cara al futuro. Una de las pocas previsiones que dio la compañía es que la acería de Gijón no logrará alcanzar el millón de toneladas de acero producidas, como estaba previsto. Se quedará en las 900.000. De la de Avilés no aportaron datos.

Los sindicatos, muy airados, protestaron por el retraso en la presentación de estos resultados y por los pocos datos aportados. Entre los que se proporcionaron están, por ejemplo, que la plantilla estaba a finales del primer semestre en los 5.526 empleados, la gran mayoría (el 88%) fijos, y que las horas extra que venía soportando la plantilla se habían reducido considerablemente. Y entre las pocas valoraciones de cara al futuro que hizo la compañía fue que el tren de carril, que lo había pasado bastante mal durante el primer trimestre del año, está consiguiendo remontar el vuelo. Aunque el alza aún no es para tirar cohetes.

La multinacional aseguró también que este año ha invertido unos 120 millones en sus factorías asturianas, y unos 40 en tareas relacionadas con el mantenimiento.

Para el próximo año la siderúrgica se ha marcado el objetivo de hacer que la producción de la acería y del tren de carril remonte de forma considerable.