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Alcoa, una fábrica atrapada por su propia empresa

El entramado societario de la aluminera en España marca el precio de lo que vende la planta de Avilés y gran parte de lo que compra, dejando su rentabilidad en manos de la propia multinacional: "Las cuentas son 100% maleables"

Alcoa, una fábrica atrapada por su propia empresa MARÍA FUENTES

La fábrica de Alcoa en Avilés está atrapada en las redes de la propia multinacional. El anuncio de cierre se ha producido en pleno incremento de las ventas (entre 2015 y 2017 crecieron un 17,62%, más de 23,6 millones de euros) y en un escenario de mejora del precio del aluminio en estos dos años. La aluminera esgrime varios argumentos, principalmente que la fábrica es pequeña y obsoleta, así como la escalada en el precio de la electricidad y de las materias primas. Es más, incide específicamente en el crecimiento del precio de la alúmina, con la que se nutre la fábrica de San Balandrán para producir aluminio. Pero la planta avilesina compra más de la mitad de sus materias primas a la propia Alcoa y también vende lo que fabrica a empresas del grupo. Las cuentas de la factoría reflejan que los precios de compra subieron mucho más que los de venta. La empresa se lo guisa y la empresa se lo come. "Alcoa está siguiendo la política habitual de las multinacionales americanas. El día que no me interesa el mercado español subo precios de compra, entro en pérdidas y ya tenemos la causa económica para cerrar. Las cuentas de la planta de Avilés son cien por cien maleables", apuntan analistas consultados a este periódico.

Alcoa opera en Asturias bajo la sociedad Alcoa Inespal Avilés S. L., que pertenece al grupo estadounidense a través de la sociedad Alcoa Inversiones España S. L. La fábrica local tiene una deuda muy pequeña (con una empresa del propio grupo) y la compañía ha ido amortizando las instalaciones sin invertir prácticamente en ellas (según se desprende de las cuentas de los últimos ejercicios, la fábrica tenía el año pasado un valor contable de casi 12 millones de euros menos que en 2015 y en ese bienio amortizó más de 21 millones de sus instalaciones).

Las ventas de la planta de Avilés se situaron el año pasado por encima de los 158 millones de euros (ese ejercicio el cierre de cuentas se produjo en octubre, con un resultado negativo de 8,4 millones). La diferencia entre las ventas y los aprovisionamientos (lo que se conoce como margen bruto) fue de 71 millones de euros, casi el 45% de las ventas. Ese margen fue mayor en los dos ejercicios anteriores (del 52,60% en 2015 y del 48,74% en 2016). "Aunque existen y existieron importantes fluctuaciones en el precio del aluminio y de las materias primas, la empresa claramente puede influir en los precios de venta a sus clientes internos para compensar esas fluctuaciones. De hecho, si hubiese aplicado el margen de 2015 en 2017, Alcoa Avilés pasaría de tener pérdidas como las que tiene ahora contabilizadas y que ascienden a 8,46 millones de euros a tener un beneficio de unos 3,7 millones", indican las fuentes consultadas.

Son cuatro los costes principales de la planta de Avilés: los aprovisionamientos (materias primas), los gastos de personal, la amortización y otros gastos de explotación (entre ellos la energía). En 2017 todos esos conceptos sumaron casi 175 millones de euros, de los que 46,3 millones (el 26,4%) fueron para la factura de la luz (menos que el ejercicio anterior, cuando el porcentaje fue del 28,2%). Es decir, el principal gasto de la planta lo constituyen la materia prima y la energía (76 de cada cien euros de gastos). Del análisis de las cuentas se desprende que Alcoa gasta 2,75 veces más en energía que en personal.

De ahí que para analizar la viabilidad de la fábrica haya que poner el foco en cómo adquiere la materia prima y en el precio al que vende lo que se produce (los ingresos). Siempre según las cuentas de la compañía, la planta vende el 100% de la producción a una empresa del grupo (Aluminio Español S. L., la que gestiona la fábrica de San Ciprián y canaliza las ventas de Avilés y La Coruña desde 2013). Esta sociedad vendió el año pasado 2.761 millones de euros y generó un beneficio después de impuestos de casi 59 millones. "Esta empresa compra productos a sus fábricas y les aplicó un margen bruto contable del 11,48% en 2017. En 2015, sin embargo, ese margen fue del 12,20% (un 6,5% menos). La pregunta es: ¿Por qué la empresa a la que vende el 100% Alcoa Avilés ha reducido sus márgenes en un 6,5% entre 2015 y 2017 y, en cambio, la propia Alcoa Avilés redujo en esos mismos años su margen en un 14,6%, más del doble", plantea un analista consultado por este periódico.

De todo esto se desprende que la decisión del cierre no solo está marcada por los costes energéticos (son importantes, pero los hay mayores), que los costes laborales no son determinantes y que la empresa ha dejado de invertir hace mucho tiempo en la fábrica. "Alcoa endría que explicar muchas cosas de su operativa actual de compras y ventas, pero al ser una gran multinacional con alto poder de negociación en el mercado, puede hacer rentable o ruinosa cualquiera de sus fábricas tras una decisión", concluyen las fuentes consultadas.

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