Alberto Knapp, fundador de la consultora The Cocktail y reconocido gurú de las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC), considera que Asturias tiene todos los ingredientes para "crear un ecosistema digital dinámico". Esto quiere decir que en la región se dan ya las condiciones para que el sector de las nuevas tecnologías dé el estirón. La base la hay. Para predicar con el ejemplo, la consultora madrileña The Cocktail abrió una oficina en pleno centro de Oviedo hace ahora diez años y quiere ampliar su plantilla en la región. Pasará en unos meses de los veinticinco trabajadores que tiene a medio centenar. Y, a la vez, está estrechando relaciones con la Universidad de Oviedo, con la que va a poner en marcha una cátedra de transformación digital que servirá para analizar los últimos avances del mundo tecnológico.

El objetivo es ambicioso. Pretende ser un actor importante en el ecosistema del sector de las nuevas tecnologías que ya va tomando forma y volumen en el Principado con multinacionales como Capgemini, DXC Technology (antigua CSC) y compañías locales. Alberto Knapp es un convencido a pies juntillas de que la región reúne todas las capacidades no para aspirar a ser un Silicon Valley, pero sí para ser un polo importante. "Por nuestra experiencia, si hay un ecosistema hay negocio, y cuantas más empresas dedicadas a lo digital haya en Asturias, más empleo habrá y mejor será el ecosistema. Es un ciclo virtuoso que, si consigues que despegue, el efecto puede ser grande", sostiene el empresario.

En cuanto a la colaboración con la Universidad, "la idea con la cátedra es organizar actividades de divulgación que sirvan para que el conocimiento fluya entre la Universidad y las empresas", señala Ramón Pravia, director de la oficina de la consultora en Oviedo.

A pesar de que The Cocktail lleva ya más de una década asentada en la región, aún es un gran desconocido, según reconocen los propios rectores de la compañía, que se han propuesto cambiar esa imagen. De hecho, su oficina, en el centro de Oviedo, pasa desapercibida a no ser por el letrero del portal. Sin embargo, arriba, en el piso que sirve de cuartel general en la región para la compañía tecnológica, la actividad es frenética detrás de las pantallas y sobre los teclado en las mesas, que están decoradas con figurillas de personajes de "Star Wars" y de forzudos de lucha libre.

"Lo que queremos con la cátedra es buscar talento", añade Knapp, que insiste en el gran potencial que tiene la región, sobre todo en cuanto a mano de obra. Un mensaje optimista que viene a contrastar con el pesimismo que reina en torno al futuro de plantas industriales como la de Alcoa.

"Aquí hay mucho talento, muy buenas universidades, y hay gente que está fuera y con ganas de volver a su tierra, por lo que creemos que ese ecosistema debería suceder", apunta Knapp.

Pese a que la oficina aún no se hace notar en Oviedo, la empresa trabaja desde allí para algunas grandes compañías del Ibex 35. Su labor va más allá de la mera consultoría informática. Incluye también el diseño de productos tecnológicos, de programas (software). Knapp asegura que en el mundo de las nuevas tecnologías lo más importante es conseguir adelantarse a los cambios. Saber lo que va a pasar y adoptar las medidas adecuadas para conseguir ser el primero.

Una de las quejas recurrentes de las empresas tecnológicas asturianas son las dificultades que tienen para encontrar talento. En su caso, señalan, las dificultades son las mismas. Pero cambia el mensaje. "Que cueste encontrar talento no es una disculpa, porque cuesta en todos los sitios, pero aquí hay las bases para formarlo y hacerlo crecer", señala Knapp. A lo que Ramón Pravia añade que "precisamente ésa es una de las ideas de la cátedra, que sirva para retener el talento en Asturias y que no se vaya fuera. Creemos que hay gente que se ha ido y que tiene muy complicado volver; nosotros queremos ser un centro de atracción para conseguir que regrese".

Desde hace un año, The Cocktail forma parte de WPP, un grupo de consultoras internacionales. El objetivo de esa integración es el de ganar dimensión para ser el primero. "Si trabajas en lo digital tienes que ser muy veloz", explica Knapp.

En un futuro no muy lejano, el empresario augura que lo que dominará en el mundo tecnológico, y por tanto en el mundo en general, será la sensórica. Todo estará conectado con todo. Knapp señala a la calle desde la ventana de su oficina de Oviedo. "¿Ves esa máquina que está limpiando? Pues en un futuro vendrá equipada con sensores para saber en qué barrios hay más suciedad", aventura.