El crecimiento de la economía asturiana se ha desacelerado, al igual que ha ocurrido en el conjunto de España, y entre los factores que explica la pérdida de impulso están los costes energéticos, según los análisis del servicio de estudios del BBVA (BBVA Research).

Un informe de este observatorio presentado ayer repara en que Asturias es una de las regiones donde es mayor el impacto del encarecimiento del petróleo sobre el avance del producto interior bruto (PIB), de forma que ese factor podría restar hasta ocho décimas de crecimiento entre este año y el próximo, explicó Manuel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. La subida del petróleo, expuso, impacta por dos vías: en primer lugar, a través del precio del transporte, que captura rentas que los hogares y las empresas dejan de destinar a consumo o inversión; en segundo lugar, a través de la factura eléctrica. La cotización del petróleo arrastra a las del gas natural y el carbón, elevando a la postre los precios en el mercado mayorista de la luz. Según las explicaciones de Manuel Cardoso, Asturias es una región particularmente vulnerable a la variación de esos precios por la especialización de su sector industrial en proceso que requieren altos consumos de electricidad o de otras fuentes primarias de energía.

Los economistas del BBVA han estimado que la economía asturiana crecerá este año el 2,5%, frente al 3,5% de 2017. Ese pronóstico es una décima inferior a la media que se espera en España (2,6%) y refleja una ralentización que los autores del informe atribuyen a distintos factores, además del energético: cierta pérdida de impulso del consumo de los hogares, una menor aportación del turismo (común al conjunto del país) y un tono menos expansivo de las exportaciones que en 2017.

Esos lastres están siendo en parte compensados por una mejoría en la construcción gracias al despegue de la edificación de viviendas. El equipo de Manuel Cardoso cree, además, que la subida de las pensiones y de los salarios públicos tendrá efectos singularmente benéficos en la economía asturiana, por la mayor importancia relativa que tienen en la región las rentas de los jubilados y de los funcionarios. Se considera asimismo que, de cara a los últimos meses de este año y a 2019, las exportaciones mantendrán un perfil creciente, al desaparecer el impacto negativo de la apreciación del euro sobre el dólar que se registró en la última parte de 2017. En ese contexto, el informe estima que el PIB asturiano crecerá en 2019 el 2,6%, una décima por encima de la media española.

¿Qué reflejo tendrá todo ello en el empleo? El BBVA Research ha estimado que, en un período de dieciocho meses (el comprendido entre el tercer trimestre de este año y finales de 2019), Asturias tendrá una ganancia neta de 15.000 puestos de trabajo. "Con todo, la mejora de la ocupación es insuficiente para alcanzar niveles precrisis en el empleo", señala el documento. Manuel Cardoso expuso que, al ritmo actual de generación de trabajo, ese nivel previo a la Gran Recesión se alcanzará en un plazo de entre tres y cinco años.

Una parte de Asturias lo conseguirá antes. Según el BBVA, la evolución de las afiliaciones a la Seguridad Social constatan que la recuperación del empleo está siendo mucho más intensa en Oviedo y Gijón que en el resto de Asturias.