El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este martes con una caída del 1,55%, su mayor corrección desde el pasado 11 de octubre, lo que ha llevado al selectivo a despedirse de los 8.900 puntos y a situarse concretamente en 8.866,5 enteros.

El principal índice español terminaba la jornada con la mayor parte de sus valores en 'rojo'. Solo lograron salvarse Dia, que subía un 6,81%, seguido de Indra, con un avance del 0,83%, Mediaset (+0,46%), Enagás (+0,32%), Ferrovial (+0,31%), Endesa (+0,24%), Red Eléctrica (+0,13%) y Siemens Gamesa (+0,08%).

Los inversores continúan pendientes de las negociaciones en torno al Brexit, al tiempo que sigue siendo una fuente de incertidumbre el desarrollo de las tensiones entre el Gobierno italiano y la Comisión Europea, ya que mañana Bruselas deberá dar una respuesta ante el desafío presupuestario.

En el lado de las pérdidas ha destacado ArcelorMittal, que se ha caído un 4,74%. Le seguían Merlin Properties (-3,93%), Acerinox (-3,28%), Amadeus (-3,03%), Banco Santander (-2,92%), Técnicas Reunidas (-2,56%) y Grifols (-2,22%).

Por su parte, las principales plazas europeas también se anotaban pérdidas, con caídas del 0,79% para Londres, del 1,76% para Milán, del 1,58% en Fráncfort y del 1,21% para París.

Asimismo, la prima de riesgo española se situaba en 131 puntos básicos, con el interés exigido al bono a diez años en el 1,66%, mientras que la cotización del euro frente al dólar se situaba en 1,1391 'billetes verdes'.

Por otro lado, el barril de petróleo de calidad Brent, referencia para el 'Viejo Continente', se desplomaba en torno a un 5%, hasta situarse en un precio de 63,52 dólares, mientras que el Texas corregía en el mismo porcentaje y se colocaba en los 54,41 dólares, debido a la incertidumbre en torno a la oferta.

El analista de eToro Mati Greenspan cree que, al contrario de lo que señalan muchos expertos, las noticias que acaparan los titulares sólo están teniendo un impacto limitado en los precios en este momento.

En su opinión, la respuesta a las caídas que en los mercados "es simple y sigue siendo la consecuencia de la crisis financiera de 2008".

"Los gobiernos y los bancos centrales han inyectado grandes cantidades de dinero en el sistema durante los últimos diez años para estabilizarlo", ha indicado Greenspan, añadiendo que gran parte de este dinero ya se ha invertido y a menudo sin analizar si era su valor razonable.