Asturias teje la futura red española de blockchain (o cadena de bloques), la nueva tecnología que sirvió de base para el nacimiento de las criptomonedas pero que con el paso de los años ha ido diversificando sus posibilidades de negocio. La empresa gijonesa Alisys está teniendo un papel clave en la extensión de la llamada red Alastria, un proyecto sin ánimo de lucro del que están detrás algunas de las más importantes compañías españolas. La firma asturiana, con 70 empleados y una oficina en Madrid, está aportando sus conocimientos tecnológicos para hilar esa infraestructura, una de las partes más importantes del proyecto, con la idea de que cualquier empresa pueda utilizarla. La red Alastria cuenta ya con 300 socios, media docena de ellos asturianos.
Alisys, según relata Antonio Martín, coordinador del área de blockchain de la compañía, está liderando el llamado comité técnico de la futura red tecnológica. La idea es que, no tardando mucho, Alastria esté completamente operativa y que sirva para evitar que cada compañía vaya por libre creando su propia malla. "El objetivo es tener un marco regulatorio para compartir y crear una comunidad para cooperar", señala Martín. Es lo que en el argot se conoce como "coopetir". Es decir, cooperar (al compartir la red que se está desarrollando) y, al mismo tiempo, competir, desarrollando soluciones con las que diferenciarse de la feroz competencia.
Alisys ya tiene experiencia en los temas relacionados con el blockchain. Entre sus múltiples proyectos figura uno, bautizado como "sellado de tiempo" y desarrollado para la casa de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Esa plataforma permite certificar de forma fehaciente el momento en que se obtuvo la información contenida en un archivo digital. Esa es, precisamente, una de las bases de la tecnología blockchain, una especie de libro de contabilidad digital que está llamado a revolucionar el internet del futuro y la forma de hacer negocios. Aunque este no es el único negocio de la compañía gijonesa. También tienen una gran experiencia en la llamada inteligencia artificial. De hecho, Alisys ha desarrollado aplicaciones para robots con el objetivo de que su interacción con los humanos sea lo más natural posible.
Pero volviendo al blockchain, otro de los objetivos de Alisys es de hacer de agitador del desarrollo de esta tecnología en Asturias. "Lo que se pretende es construir un ecosistema de innovación", señala Martín. Para estimular esa idea, lanzó a las empresas tecnológicas regionales el reto de solucionar dos problemas usando como base el blockchain. Eran los siguientes.
Registro de animales de compañía. La idea era agilizar el registro que ya usan los veterinarios para tener controlados a este tipo de animales. La solución, presentada por la compañía asturiana Talento Corporativo, consistía en que, por ejemplo, se pueda saber de forma rápida y, sobre todo, de forma fehaciente, a quienes se ha puesto un lote de vacunas que pueda estar defectuoso. Este registro también permite que los usuarios no necesiten llevar encima siempre la cartilla sanitaria del animal, ya que la información puede estar accesible de forma sencilla conectándose a internet.
Movilidad urbana. En unos años, relata Martín, en Gijón habrá implantadas un gran número de empresas de movilidad urbana. Habrá autobuses, bicicletas o patinetes para alquilar, taxis o vehículos VTC. La red de blockchain, según la solución propuesta por la gijonesa Wetech, permitiría a los usuarios tener una identidad digital con la que, por ejemplo, no necesitarían darse de alta en cada una de las páginas de estas compañías para contratar los servicios. Bastaría con hacerlo solo una vez. Y permitiría a las empresas comprobar la reputación del usuario.
