Ayuntamiento y representantes de 80 entidades del entramado asociativo de Gijón llevan meses involucrados en la elaboración de un nuevo plan de movilidad sostenible y segura (PIMSS), que fija los criterios de actuación hasta el 2024. El planteamiento es darle la vuelta a la tortilla y desterrar al coche en favor del peatón, el ciclista y el transporte público. El documento, en su actual fase, fija 46 propuestas que movilizarán unos 73 millones de euros.
Uno de los grandes cambios es convertir Cimadevilla, el casco histórico de la ciudad, en un área de prioridad residencial. El resto del centro urbano pasa a área de prioridad no motorizada y en ambos casos la velocidad máxima general será de 20 kilómetros por hora.
El plan de movilidad también apuesta por generar toda una red peatonal y por crear 27 nuevos tramos ciclistas. El impulso a la bicicleta es un elemento sustancial en un Gijón que está pendiente de la estación intermodal y el plan de vías para reordenar todo sus transporte público.
