Arcelor-Mittal hizo un llamamiento para que sus plantas asturianas "sigan mejorando su competitividad". Así lo dijo el máximo responsable de la compañía, Aditya Mittal, durante una conferencia para los medios de comunicación europeos que celebró esta mañana en París. Lo reseñó haciendo referencia a cómo puede afectar la integración de Ilva en el gigante del acero y las repercusiones que puede tener sobre el resto de plantas.

"Nosotros cuidamos de nuestras instalaciones, y deseamos que cumplan en materia medioambiental", señaló Mittal.

En el mismo escenario, el responsable de productos largos para Europa de Arcelor, Augustine Kochuparampil, señaló que las intenciones de la empresa son las de incrementar la producción de carril y de alambrón en las plantas regionales.

Durante estos últimos años Arcelor ha puesto un gran esfuerzo en materia de innovación sobre sus plantas asturianas, según pusieron de manifiesto algunos de los directivos de la multinacional. En largos, precisamente, se ha hecho un esfuerzo muy importante.

Kochuparampil resaltó la labor de las instalaciones del Principado. Dijo, por ejemplo, "que Asturias, gracias a la inversión de 28 millones de euros que se hizo, es ahora uno de los centros de referencia para la fabricación de carriles de alto valor añadido. La factoría gijonesa es capaz de fabricar vías de tren de hasta 108 metros de largo. "Esto es así gracias al énfasis que le hemos puesto a la investigación y el desarrollo", apuntó.

Durante las intervenciones, además de los algos a las plantas regionales y a centrarse en cómo será la digestión de la compra de Ilva, también se hizo mucha incidencia en cómo puede afectar la "descarbonización" al grupo industrial.

Aditya Mittal protestó porque el acero que entra en Europa no tienen las mismas trabas medioambientales que los productores locales. Por eso, señaló, las importaciones habían crecido con tanta fuerza durante los últimos años. E hizo un llamamiento para que lo que se penalice sea "el acero que se consume en Europa, y no solamente el que se fabrica en Europa". Así, dijo, los productores locales podrían competir en unas condiciones más similares a las que tienen los de otros países. Es decir, que en terreno europeo se igualarían las fuerzas.

Todo esto evitaría que entren en suelo europeo tanto acero como el que está llegando ahora, especialmente desde países como Turquía donde, según Aditya Mittal, "hay un cierto vacío legislativo".