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MANUEL FERNÁNDEZ | Presidente del gremio de contratistas de CAC-Asprocon

"Las empresas de fuera nos aventajan porque se asocian más"

"Sobran titulados superiores y faltan albañiles para ser competitivos; sin ellos estamos fuera de juego"

Manuel Fernández. LUISMA MURIAS

Manuel Fernández (Cangas del Narcea, 1960) preside desde octubre el gremio de contratistas de CAC-Asprocon, patronal asturiana de la construcción que este viernes celebra su 40º aniversario con una asamblea general en Covadonga. Fundador de la empresa New Construction, con sedes en Candamo y Grado, Fernández se propone, entre otros objetivos, superar en el sector "la tendencia de pesimismo actual".

- ¿Hay razones para el optimismo?

-Después de una crisis extraordinaria, pretendemos que este año sea de inflexión. Hay algún dato que nos hace ser un poco más optimistas que hasta ahora. Las promotoras de viviendas han empezado a despegar, aunque con dificultades por el retraso de las licencias. Ahí se nota cierta actividad. En el caso de la licitación pública hay un hecho significativo: la Administración autonómica y los ayuntamientos prácticamente están duplicando las cifras del año pasado. La estatal se queda más atrás. Lo importante es que el crecimiento se mantenga en el tiempo. Está bien decir que hay que crear puestos de trabajo, pero lo realmente importante es mantenerlos.

- La inversión del nuevo presupuesto regional está cosechando muchas críticas empresariales...

-Los recursos son los que son, limitados. Nosotros tenemos que pedir que se articulen de la mejor manera posible. Tendemos a fijarnos en la cuestión de la cantidad, cuando la calidad es igual de importante. Queremos que la inversión sea la mayor posible, pero para mantener una empresa, empleos dignos y ayuda social debe además ser de calidad y sostenida en el tiempo. El último año bueno de licitación fue 2010, con 1.041 millones. La prevista para 2019 por el Principado es de 357 millones. En los primeros diez meses de 2018 llevamos licitados 315 millones, el doble que en 2017.

- ¿Qué hacer para mejorar la calidad de la que habla?

-Hay una nueva ley de contratos del sector público con la que todos estamos empezando a trabajar y que requiere un tiempo de rodaje. En ella se dice que hay que abandonar el criterio casi único del precio, que trae consigo lo que hemos tenido hasta ahora. Si hacemos las mismas cosas, obtendremos las mismas cosas.

- ¿Precios bajos al principio y al final sobrecostes?

-Y baja calidad en las obras, empleo precario... ¿Cómo vas a mantener empleo digno si trabajas por debajo de coste? Una empresa aspira a consolidarse en el tiempo y, si no gana en las obras no puede invertir y actualizar sus recursos. Por tanto, no será competitiva ni capaz de mantener empleo estable.

- El Principado ya ha introducido las llamadas cláusulas sociales en la contratación. ¿Con qué resultados?

-Queremos que se mejore y que se unifiquen criterios. Dentro del Gobierno funcionan de distinta manera varias consejerías e incluso hay diferencias entre servicios de una misma consejería. Queremos criterios homogéneos, porque las empresas necesitan certidumbre.

- Esas cláusulas se crearon también como una forma de frenar la "invasión" de empresas de fuera que tiraban los precios. ¿Eso ha cambiado?

-Sigue habiendo dificultades. Por ejemplo, en los criterios de adjudicación de los contratos menores. Los datos hacen suponer que se pueden estar creando sociedades, a menudo radicadas fuera de Asturias, para participar en procesos concretos. Hasta octubre se adjudicaron 556 de esos contratos en el Principado a 349 empresas y/o autónomos. Es una atomización muy llamativa que está favorecida por una interpretación determinada que hace el Principado de la ley de contratos y que, creemos, no cumple con el espíritu de esa norma.

- El sector ha perdido muchas empresas. ¿En qué situación están las que han resistido?

-El hecho de que desde 2010 se adjudicaran las obras públicas mirando sólo los precios obligó a las empresas a bajarlos o a cerrar. Perdimos compañías que nunca pensamos que iban a desaparecer. Otras han resistido, pero están tocadas después de haber consumido todos los recursos no imputando los costes a las obras. De modo que ahora nos encontramos con unos medios viejos y que no son competitivos. Con el tema de personal nos pasa exactamente lo mismo. Tenemos que actualizar los conocimientos, formarnos mejor, y eso no se consigue sin inyección de "cash".

- ¿Tienen problemas para hallar trabajadores cualificados, pese al alto paro?

-Se van jubilando las personas que son buenos profesionales y tienen mucha experiencia y no existe relevo. Aquí debemos hacer autocrítica, porque disponemos de una herramienta extraordinaria, la Fundación Laboral de la Construcción, a la que hemos de adaptar los nuevos tiempos y hacer más operativa. Pero nos encontramos con un problema que ya no depende de nosotros.

- ¿Cuál?

-Este sector fue tan denostado durante muchos años que hoy trabajar en la construcción no resulta atractivo, a pesar de que el convenio es mejor que muchos otros. Hemos de conseguir que las personas que están en el paro vean la construcción como algo atrayente y que les demos la oportunidad de formarlos en nuestra casa. Además, la generación a la que pertenezco y otras han buscado que sus hijos estudiaran carrera universitaria. Así es que nos sobran titulados superiores y faltan albañiles para ser competitivos. Necesitamos personas con oficio y adaptadas a los nuevos tiempos. Sin ellos estamos fuera de juego.

- La crisis ha atomizado el tamaño de las empresas. ¿Están las asturianas en disposición de cooperar para buscar negocio fuera de la región?

-En Asturias tenemos cosas muy buenas y otras que las contrarrestan, como el excesivo individualismo. Uno de nuestros objetivos es hacer más gremio y crear alianzas entre nosotros que nos hagan más competitivos. Porque las empresas que hay en el resto de España o del mundo no son mejores que las nuestras, son iguales en tamaño y en calidad, pero las de fuera nos aventajan en que se asocian más, comparten más las experiencias.

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