Liberbank y Unicaja son bancos muy complementarios, con implantaciones territoriales disímiles: Unicaja es muy fuerte en Andalucía (región de origen) y Castilla y León (tras la absorción de CEISS, fusión de Caja España y Caja Duero) y tiene escasa presencia en los territorios de Liberbank, salvo en Cáceres. La entidad malagueña tiene tres oficinas en Asturias (Oviedo, Gijón y Avilés). Liberbank concentra el grueso de su red en Asturias, Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha y tiene baja presencia en los feudos de Unicaja.

La fórmula de canje de una eventual fusión puede ser uno de los aspectos más delicados de la negociación porque determinará el grado de dilución del peso de los actuales accionistas de ambas grupos (caso de las antiguas cajas de ahorros fundadoras) en la entidad resultante. Unicaja es el mayor accionista de Unicaja Banco (tiene el 49,68%) mientras que Cajastur posee el 16,14% de Liberbank y controla el 24,31% mediante la sindicación de acciones con Caja Extremadura y Caja Cantabria.

Unicaja es el 45% mayor que Liberbank en volumen de activos y al cierre de ayer valía en Bolsa el 41,6% más, por lo que en teoría debería ser mayoritaria en la fusión si se aplican términos cuantitativos, pero Liberbank arroja algunos ratios cualitativos más favorables. Unicaja, para un negocio que es el 45% mayor, tiene el doble de oficinas y empleos, lo que le reduce la eficiencia. Liberbank tiene mucha más liquidez y ha completado la integración informática de sus entidades de origen y de la extinta CCM.