Los sindicatos con representación en Liberbank temen un nuevo recorte de empleo si se materializa la fusión con Unicaja. No obstante, destacan el alto grado de complementariedad entre la red de oficinas de las dos entidades y reconocen que su temor sería mucho mayor si Liberbank acabara absorbido por Santander, BBVA, La Caixa o el Sabadell, que estaban en la órbita de posibles compradores.

Las centrales señalan que la dirección de Liberbank no les ha informado de las conversaciones con Unicaja aunque sindicatos como UGT dan por hecho que la operación "saldrá adelante" si no hay una oposición por parte de los reguladores. "Por lo que sabemos las conversaciones están muy avanzadas", señaló Oscar Fernández, secretario sectorial de banca de UGT Asturias, que apuntó que ante una operación corporativa de este tipo "la primera preocupación es el empleo y la segunda la posible desertización bancaria, es decir, más cierres de oficinas con fuerte impacto en pequeñas poblaciones". Sin embargo Fernández apuntó que "la convergencia de redes de oficinas entre Liberbank y Unicaja es la mejor posible, sobre todo en Asturias, donde Unicaja sólo tiene tres oficinas (Oviedo, Gijón y Avilés)"; que los servicios centrales de Liberbank "ya están adelgazados", y que respecto a la posibilidad de que se aleje de Asturias el centro de poder "ya hace tiempo que las decisiones en Liberbank se toman fuera".

"Tenemos que ser prudentes, pero ante cualquier movimiento de este tipo nuestra máxima debe ser la defensa del empleo actual", señaló por su parte Lucía María Calvo, representante de CC OO en Liberbank. "Habrá que saber si vamos hacia una fusión pura o hacia una absorción por parte de Unicaja en la que las condiciones las impondría él, lo que nos obligaría a estar muy alerta", apunto Begoña Menéndez, representante de CSIF, que añadió que ambas entidades tienen en marcha regulaciones en sus plantillas. No obstante, Menéndez reconoció que de producirse la fusión "no se esperan cambios muy drásticos porque al proceder ambas entidades de cajas el convenio y el sistema de trabajo sería el mismo".

Carlos Javier Zapico, representante de CSICA en Liberbank, señaló que "la fusión nos puede hacer más fuertes, pero después de los ERE y de las pérdidas salariales que hemos sufrido lo que necesitamos es estabilidad, no despidos encubiertos". Zapico también destacó que hay pocos "solapamientos" entre las entidades por su implantación territorial (Andalucía, Castilla y León y provincia de Cáceres en el caso de Unicaja, que absorbió la banca CEISS que habían formado Caja España y Caja Duero, y Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha en el caso de Liberbank). "Con las oficinas sólo habría problemas en Extremadura, aunque por experiencia sabemos que lo peor se lo llevarían los servicios centrales", añadió Zapico.

Marco Antuña, representante de la CSI en Liberbank, espera que en la fusión "no se antepongan los intereses del actual consejo de administración para mantener su poder y de los fondos especulativos que entraron en la última ampliación de capital y que sólo buscan rentabilidad a corto plazo". Antuña teme "que se aleje aún más de Asturias la toma de decisiones y que la región pierda palancas financieras".

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reconoció ayer que las fusiones entre los bancos medianos pueden ser una opción para hacer frente a los retos del sector, sobre todo a los requisitos regulatorios internacionales de capital (más recursos propios y activos líquidos).