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Asturias es la cuarta comunidad con menos municipios sin sucursal bancaria

El 10% de los concejos y el 0,6% de la población carecen de oficinas | España es el segundo país de la UE con más red pese a que cerró el 40%

Asturias es la cuarta comunidades de 17 en la que un menor porcentaje de sus municipios carecen de oficina bancaria y ocupa la misma posición por el peso relativo de la población afectada sobre el conjunto del censo de la región, según los datos al cierre de 2017 que acaba de difundir el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

En Asturias la denominada exclusión financiera afecta 10,3% de sus concejos frente al 52,2% en el conjunto del país. Sólo Baleares (3%), Canarias (4,5) y Murcia (8,9) tienen un menor porcentaje de sus ayuntamientos sin redes bancarias. Salvo estas regiones, así como Galicia (13,7%) y Andalucía (23), la desatención se sitúa en España en un rango que oscila entre el 31% de los municipios (caso de Cantabria) y el 80,5% en Castilla y León, la región con mayor superficie de la UE y la que tiene la peor cobertura bancaria del país: sólo disponen de oficinas el 19,5% de sus ayuntamientos.

Por población afectada, Baleares (0,2%), Canarias (0,3), Murcia (0,4) y Asturias (0,6%) vuelven a ser las comunidades menos desatendidas frente al 2,9% de promedio en España. En la región más afectada (Castilla y León), los habitantes sin un acceso de proximidad a los servicios bancarios presenciales suman el 16,4% del censo.

Por provincias, Asturias es la undécima de 52 con menor porcentaje de concejos sin prestación de servicios bancarios y la decimotercera con menos proporción de habitantes sin sucursales en su localidad. Las provincias más desabastecidas son Ávila, Soria, Palencia, Salamanca y Valladolid, todas ellas en Castilla y León.

La nueva ronda de fusiones que podría desencadenarse tras el anuncio de conversaciones entre Liberbank y Unicaja, aunque en el caso específico de estos dos bancos no parece que su unión tendría una alta incidencia, dado que se trata de bancos geográficamente muy complementarios, salvo alguna zona de coincidencia como el norte de Cáceres. La presencia de ambos en Madrid no se ve problemática.

Gran parte del ajuste de oficinas que se produjo en España en el último decenio no tuvo como única causa la concentración bancaria, sino también el aumento del uso de la banca a distancia entre los segmentos de población más familiarizados con el manejo de las nuevas tecnologías y la necesidad de recortar costes para compensar el hundimiento de los beneficios como consecuencia de la crisis y del estrechamiento de los márgenes por la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, con tipos de interés en el 0%.

Desde el estallido de la crisis, en 2008, España redujo su red de oficinas en el 42%, con el cierre de 27.320 oficinas, casi la mitad de las 45.662 que existían en 2003. En Asturias el recorte fue del 33%, nueve puntos menos y, de las 52 provincias del país, sólo en 16 el ajuste fue menor. En algunas los cierres afectaron a más del 50% de la red existente. Y aunque España regresó en 2015 al volumen de sucursales que tenía en los años 70, sigue siendo el segundo país de la UE, tras Chipre, con más agencias bancarias por cada 1.000 habitantes. En plena crisis había llegado a ser el país con más oficinas, por delante de Chipre.

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