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Dia, con 1.620 empleos en Asturias, renegocia su deuda en medio de un conflicto interno

El inversor ruso Friedman, principal accionista con el 29%, se desmarca del consejo y prepara su propio plan para la cadena de supermercados

Mikhail Fridman. REUTERS

Dia, que está en plena negociación de su elevada deuda financiera con la banca (más de 1.480 millones), ha hecho una revisión a la baja con carácter retrospectivo de sus resultados de 2017 y anunció la suspensión del pago de dividendos el año próximo, afronta la difícil situación en la que se halla (en lo que va de ejercicio ha perdido el 91,77% de su valor en Bolsa tras ceder ayer otro 9,9%) con varios frente abiertos y discrepancias entre su mayor accionista (el fondo Letterone, dominado por el inversor ruso Mikhail Fridman, dueño del 29% de la compañía española) y la alta dirección de la sociedad y su consejo de administración.

Ambas partes consideran que los problemas que aquejan a la compañía son resolubles pero discrepan sobre las medidas y la estrategia a seguir y la idoneidad de quiénes deben aplicar la terapia que se decida.

Todos los representantes de Letterone han abandonado por esta causa el consejo de administración, lo que se suma a la cascada de cambios y destituciones que se han producido desde el verano en la presidencia, el primer puesto ejecutivo (consejero delegado) y la dirección financiera.

Fuentes cercanas a Letterone aseguraron ayer a este diario que la salida del consejo de todos sus representantes (ya lo había hecho uno y anteayer, lo hicieron otros dos) en ningún caso significa que el mayor accionista se desentienda de la sociedad ("no es una retirada ni una desbandada") ni que el inversor no crea en el futuro del grupo. "La situación es difícil pero se va a salir de ella y la empresa tiene potencial", dijeron las fuentes. En medios de Dia se dijo que no hay conflicto con ningún accionista y que, aunque pueda haber diferencias de opinión, el apoyo de Letterone a la sociedad ha sido constante.

Todo apunta a que el inversor ruso va a intentar desde fuera del consejo que triunfe su propuesta de solución para Dia al margen de la que abandera el equipo de dirección y el consejo.

Medios de Letterone solicitan el diseño de "un buen plan de negocio a cinco o seis años, que refleje la situación actual de partida y que no se limite a medidas a corto plazo que no resuelvan los problemas de fondo", así como dotar a la compañía de "un consejo de administración preparado para monitorizar el proceso y un equipo directivo capaz de llevarlo a cabo". Subyace así en la posición del primer accionista un distanciamiento con los equipos gestor y administrador actuales de Dia.

Letterone también tiene diferencias sobre las condiciones que ha puesto la banca para refinanciar la deuda. Una de esas discrepancias es la exigencia de los acreedores de que se acometa un ampliación de capital por 600 millones que ya está asegurada por Morgan Stanley, lo que conllevará un dilución relevante del accionariado actual. Día vale, según su cotización de ayer, poco más de 225,45 millones (empezó el año en los 2.860 millones) y la posición de Letterone tiene un valor de mercado de 65,38 millones. Para mantener la propiedad del 29% de Dia, Letterone tendría que aportar 174 millones en la ampliación.

Los hombres de Letterone en Dia tienen experiencia tanto financiera como en el sevctor comercial. Stephan Ducharme, que acaba de renunciar a la presidencia interina de Dia, presidió la cadena de distribución rusa X5 Retail Group, líder en su país y octava en el mundo. Otro de los recién dimisionarios, el hasta ahora consejero Karl-Heinz Holland, fue consejero delegado del grupo alemñán de supermercados Lidl.

Día, tercer grupo de distribución alimentaria en España, tiene 1.260 empleados en Asturias (más otros 60 en franquicias) y 133 tiendas (104 propias y 24 bajo licencia), y compra a proveedores asturianos por un importe de 94 millones anuales.

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