Arcelor-Mittal regulará de empleo a más de 1.600 trabajadores de las plantas de Asturias durante siete días del primer trimestre de 2019 "para reducir costes y tratar de mantener la competitividad de las factorías". La medida se toma debido a la presión de las importaciones de acero procedentes de fuera de la Unión Europea pero también, por primera vez, por los efectos de la transición energética. En concreto, fuentes de la multinacional destacaron la caída de la demanda de acero para la automoción por las restricciones a los vehículos diesel y el encarecimiento de los costes del CO2 debido a las últimas medidas acordadas en Europa para endurecer el mercado de emisiones.

La multinacional siderúrgica anunció ayer a los representantes sindicales la activación del expediente de regulación de empleo (ERE) que la compañía mantiene abierto desde 2009 y que este mismo mes había sido prorrogado. En concreto el ERE se aplicará en el denominado "clúster Asturias" (que está formado por las factorías de Gijón y Avilés pero también por las plantas acabadoras de Etxebarri en Vizcaya, Lesaka en Navarra y Sagunto en Valencia) durante siete días del primer trimestre del año: los viernes 8 y 25 de enero; 1 y 15 de febrero, y 1, 15 y 29 de marzo. El ERE afectará a todos los trabajadores con jornada normal (que no trabajan a turnos) y que no estén de guardia o retén. En Asturias son un total de 1.624 empleados de todos los talleres, según fuentes de la empresa.

La multinacional justifica la medida por las importaciones de acero barato desde fuera de la UE, principalmente de China y Turquía -que aumentan pese a las medidas de salvaguarda aprobadas por la instituciones europeas-, por el contexto de incertidumbre política -el "Brexit", la batalla de los presupuestos en Italia y la guerra comercial avivada por Estados Unidos- y, por primera vez, por los efectos de la transición energética. En concreto la compañía resalta dos factores ligados a la descarbonización de la economía. El primero de ellos es la caída de demanda de acero para la automoción ante el frenazo en la producción de vehículos diesel. Las políticas para mitigar el cambio climático han puesto el punto de mira en los motores de gasoleo -el Gobierno de España ha dejado claro que no tienen futuro- y las ventas de esos vehículos han caído. Los fabricantes han tenido que ajustar sus producciones de diesel y al mismo tiempo los vehículos alternativos (eléctricos e híbridos) no acaban de despegar. Aguas arriba esa situación se ha traducido en una caída de demanda de acero y en paradas de producción de la planta de galvanizado de Avilés.

El otro factor vinculado a la descarbonización es el precio de la tonelada de CO2. La Unión Europea ha acordado restringir la asignación gratuita de emisiones a la industria a partir de 2021 para encarecer el precio de la tonelada de CO2, pero la medida ya está teniendo efectos en el mercado actual de emisiones. Fuentes de Arcelor destacaron que este año el precio ha pasado de 10 a 20 euros la tonelada y que para 2019 se espera que llegue a 40, lo que dispara los costes de producción del acero.

En ese contexto, el ERE de siete días que aplicará Arcelor-Mittal en el primer trimestre de 2019 trata de "reducir costes para mantener la competitividad de las plantas de Asturias", según fuentes de la compañía. Sin embargo, los comités de empresa de las factorías de Avilés y Veriña (formado por representantes de los sindicatos UGT, CC OO, USO, CSI y ACIA) señalaron ayer que el ERE "no está para ahorrar costes, sino que debería aplicarse en los casos en que la falta de pedidos obligue a una bajada de actividad o parada de las instalaciones". Además, destacaron que la multinacional siderúrgica no ha aportado datos justificativos que demuestren la necesidad de utilizar el ERE para el personal de jornada normal. "Los datos económicos y de producciones han sido pedidos de manera reiterada a la empresa conforme a lo que dispone el convenio colectivo, teniendo que ser, ante la denuncia del comité, la Inspección de Trabajo quien haya requerido a la empresa que se nos facilite esa información", señalaron los comités de empresa de las fábricas asturianas.

Arcelor-Mittal pactó a mediados de este mes con los sindicatos una prórroga del expediente de regulación de empleo (ERE) que la empresa mantiene desde 2009 y al que recurre en situaciones desfavorables por problemas en las instalaciones siderúrgicas o malas previsiones. En este caso desde la compañía se había advertido que la razón de la prórroga estaba en que las perspectivas de cara al 2019 no eras buenas. El ERE lleva activo nueve años seguidos, aunque Arcelor-Mittal apenas ha tenido que tirar de él estos últimos ejercicios. En lo que va de este 2018 la siderúrgica sólo ha tenido que regular a unos 500 trabajadores en sus plantas asturianas, de los 5.500 que tiene en nómina.

Por otro lado, el vicesecretario de coordinación institucional y diputado de Foro, Pedro Leal, resaltó ayer la importancia de adoptar medidas de protección en defensa de sectores económicos clave en Asturias como el metal y manifestó que "el establecimiento de un arancel ambiental es imprescindible para proteger nuestra industria básica, el empleo que genera y evitar deslocalizaciones que desertizan" la región.