Ya casi nadie discute que el precio de la vivienda en alquiler está subiendo hasta límites nunca vistos debido, en gran medida, al aumento de oferta en plataformas como Airbnb. A lo largo de los últimos meses hemos visto muchos casos de auténticos "zulos" que se alquilan por un precio desorbitado (en este enlace tienes un ejemplo). El problema afecta sobre todo a grandes ciudades pero también en capitales de provincias el precio está subiendo de forma desmedida.

Una cuenta en Twitter denominada "El Zulista" (casi una parodia del Idealista, una de las webs más utilizadas para la compra y venta de pisos de la que usa hasta el logotipo), publicó hace días una conversación de Whastapp entre una joven y un casero que demuestra el nivel al que está llegando el problema del alquiler. El dueño del inmueble pide unos 300 euros por una habitación compartida con otras tres personas en un piso de ocho habitaciones que, de alquilarse completo con todas las camas disponibles, daría en teoría 7.000 euros la mes a su propietario. La "charla" entre el casero de Barcelona y la joven no tiene desperdicio.

El casero empieza explicando las condiciones. Gracias a esos 300 euros se tiene derecho a una cama, una mesa, una silla y un balcón "soleado". El piso tiene 140 metros cuadrados y dos baños para las ocho habitaciones.

La clienta contesta a la oferta. "Resulta tan descarado como una agencia y me parece una vergüenza aprovecharse así de personas que no tienen donde vivir, es vergonzoso, no me interesa", recalca la chica.

El casero replica. "Si compras piso en Barcelona no puedes poner el alquiler a un nivel de Albacete sino saldría perdiendo dinero y tonto no soy. Si tú estuvieras más formada te pagarían más y no te parecería tan caro, ¿no crees?", se pregunta el dueño del piso. La mujer que buscaba piso hace cálculos y reprocha al casero que cobrara 800 euros por habitación. Lo cierto es que esta simple conversación refleja, a juicio de todos los que se están haciendo eco de ella en internet, la usura de algunos a la hora de alquilar pisos a precios hasta ahora nunca vistos. En este caso, eso sí, estaban incluidos los gastos del inquilino.

Por todo ello muchas ciudades han empezado a hacer frente común contra plataformas como Airbnb a la que acusan del alza del precio de la vivienda aunque lo hacen en no pocas ocasiones con medidas que luego de una manera o de otra acaba tumbando la justicia.