Diego Canga Fano (Oviedo, 1964), funcionario europeo (es letrado del servicio jurídico del Consejo de la Unión Europa), ha ocupado diversas responsabilidades en distintos departamentos de la UE. En la actualidad es jefe de gabinete de la presidencia de Parlamento Europeo. Es miembro fundador y expresidente del colectivo Compromiso Asturias XXI y acaba de ser designado como uno de los once "embajadores" de la innovación asturiana por el Gobierno del Principado tras la designación de la comunidad como "Región emprendedora europea 2019".
- ¿Qué relevancia tiene que la UE haya reconocido a Asturias como "región emprendedora?
-Asturias siempre tuvo alma de región subsidiada y dependiente del Estado, pero las cosas están cambiando. Cuando me fui de Asturias, hace veintisiete años, lo era. En 1991 aún se pensaba que era el Estado el que tenía que resolver los problemas. Este premio reconoce este cambio. Yo quiero contribuir a cambiar ese cliché. Hoy, aunque queda mucho por hacer, Asturias es más emprendedora que entonces. Y el premio contribuye a cambiar esa visión de Asturias. Me gusta este espíritu emprendedor.
- ¿Cuál es su percepción de la realidad asturiana?
-Mi visión es la del vaso medio lleno. Nuestra asociación Compromiso Asturias XXI ha tomado el compromiso de que nuestros mil socios que están en 57 países inviertan (de forma voluntaria) en pequeñas y medianas empresas (pymes) de la región. En Asturias está creciendo el número de "start up" (empresas emergentes), y pymes, y si hubiese un mayor tejido de pequeñas y medianas empresas, y todos los asturianos que puedan invirtiesen según sus posibilidades, menos gente se tendría que ir de Asturias.
- ¿Va a invertir usted?
-Yo voy a invertir una parte de mis ahorros en dos pymes asturianas. He estado viendo proyectos muy innovadores en el CEEI (Centro de Europeo de Empresas Innovadoras) y he decidido tomar parte en dos para contribuir al cambio.
- ¿La distinción europea retrata fielmente que Asturias sea puntera?
-Por mi experiencia sé que la Unión Europea (UE) no regala nada a nadie nunca. Si Asturias ganó es porque compitió. Hace veintisiete años hubiese sido inconcebible que Asturias recibiese una distinción como región emprendedora. No digo que todo sea maravilloso. Queda mucho por hacer. La patronal asturiana, FADE, acaba de presentar un plan interesante.
- ¿Qué función asumirán como "embajadores"?
-Supongo que vamos a protagonizar actos que, de acuerdo con el perfil de cada uno, contribuyan a potenciar distintas áreas y aspectos.
- ¿Qué debilidades y fortalezas detecta en Asturias?
-La formación universitaria es buena y lo demuestra la cantidad de universitarios que encuentran empleo en el extranjero. La formación profesional la conozco menos pero no debe ser oro todo lo que reluce porque las empresas se quejan. Y hay cosas que han mejorado, como las infraestructuras. Hace veintisiete años no estaban acabadas ni la autovía con Madrid ni la de Cantábrico. El Musel ha sido ampliado. El ferrocarril es lo que es. Y el avión es manifiestamente mejorable, aunque debemos tener en cuenta que somos una región de sólo un millón de habitantes y en ocasiones queremos tener infraestructuras propias de territorios con diez millones de habitantes.
- ¿Por qué entonces esa exigencia asturiana? ¿Hay en Europa, con la excepción de España, regiones del tamaño de Asturias o similar con conexiones áreas internacionales?
-Asturias, al igual que Galicia, está localizada en la periferia europea, mientras que en Europa te puedes mover con trenes rápidos. Al estar más lejos del centro de la UE, necesitamos aviones. Y las compañías de bajo precio han dinamizado el sector y han democratizado el transporte. Pero insisto en que tenemos que tener en cuenta que somos una región de un millón de habitantes. La pregunta es: ¿Se puede hacer más?
- ¿Aprecia ventajas en Asturias como alternativa para la localización de actividades económicas?
-Hay cosas que me han gustado siempre como que el coste de la vida es más barato que en Europa. Y esto es un atractivo para el turismo cuando se tiene una oferta gastronómica y paisajística como la asturiana. Hoy el turismo aporta el 11% del PIB asturiano y cuando me fui de Asturias era el 2 ó 3%. Si la gente viene es porque los precios son atractivos. Hay que dar más valor a este sector.
- La presencia de grandes sectores básicos industriales ¿puede disuadir el desarrollo de nuevas iniciativas en vez de alentarlas?
-No. Soy muy partidario de grandes sectores manufactureros. La UE pretende que la industria aporte el 20% en 2020 porque esto da una estabilidad que no puede aportar el sector servicios. La crisis de 2008 la soportaron mejor los países con más industria. Soy un gran defensor de la industria por sus efectos económicos.
- ¿Aún se necesitan más cambios de mentalidad?
-El pesimismo siempre echa las culpas a los demás. Yo creo que somos nosotros quienes tenemos que decidir el futuro. En muchas regiones por las que me muevo lo que le piden al Estado es que cree un marco amplio, con poco injerencia, y que sean las empresas las que promuevan el desarrollo. Todos tenemos que ser innovadores. Lo tenemos que ser en nuestro trabajo y en nuestra profesión. Si este espíritu se generalizase y todo el mundo contribuye a eso desde la función que tenga cada cual, tendríamos un mundo mejor. Como no se logra es pretendiendo que sean los demás quienes resuelvan nuestros problemas.
