La operadora vasca de telecomunicaciones Euskaltel, dueña de la asturiana Telecable desde mayo de 2017, acometerá este año un plan para acelerar su penetración en regiones limítrofes a sus territorios de origen. La ofensiva, en las que utilizará las marcas Euskaltel, R (la enseña de su filial gallega) y la nueva denominación RACCtel en el mercado catalán, se produce cuando su segundo accionista (el grupo británico Zegona, exdueño de Telecable), que está descontento con el crecimiento y resultados del grupo, está explorando una nueva vía -tras desistir de la OPA parcial anunciada- para intentar hacerse con la mayor participación accionarial del grupo con el fin de marcar su rumbo estratégico. El relanzamiento del grupo y su expansión puede aplacar el malestar del inversor inglés y disuadir o encarecer eventuales operaciones corporativas que algún competidor, como se barajó en los últimos días, pudiera tramar sobre Euskaltel.

La operadora vasca, dominante en el País Vasco, Asturias y Galicia, y que desde el año pasado emprendió su implantación en Navarra, tomó posiciones incipientes a fines del año pasado en Cataluña y ahora aspira a hacerlo en León, Cantabria y La Rioja, además de impulsar su penetración en la comunidad foral.

Francisco Arteche, consejero delegado, dijo que la ampliación hacia nuevos mercados es "un paso natural" en su "proyecto de consolidación como uno de los principales operadores españoles". Euskaltel quiere captar más de un millón de hogares (además de empresas) en sus nuevos mercados y lograr que estos territorios generen en 2022 el 8% de los ingresos del grupo.