El secretario general del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi, lamentó ayer que la planificación energética de España esté en manos de las empresas eléctricas. "No entiendo la postura del Ministerio para la Transición Energética, que renuncia a la planificación cuando en días como hoy (por ayer) la generación eólica apenas cubre el 4% de la demanda y se necesitan tecnologías de respaldo como el carbón", señaló Alperi, que destacó que será difícil que la ministra Ribera convenza a Naturgy para que impulse en el Suroccidente de Asturias proyectos alternativos que compensen la pérdida de 120 empleos.

"El futuro para la zona con el cierre de la térmica es más negro que el carbón", señaló Gonzalo Rodera, presidente del comité de empresa de la central de Narcea, que también destacó como posible efecto del cierre de las centrales de carbón el encarecimiento de la electricidad, lo que puede restar competitividad a la gran industria electrointensiva asturiana.

Por su parte la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, señaló ayer en Madrid que la transformación energética de España necesitará movilizar inversiones de más de 200.0000 millones de euros en la próxima década, de los que el 80% corresponderá al sector privado y el 20 % al público.