Naturgy, que acaba de solicitar la autorización para el cierre de la central térmica de carbón de Soto de la Barca, en Tineo, tenía en marcha un plan de mejoras ambientales para prolongar la vida de la instalación que se ha abortado en el contexto de la nueva política de transición energética acelerada que defiende el Gobierno de Pedro Sánchez.

El plan de la antigua Gas Natural-Fenosa pasaba por invertir en uno de los dos grupos termoeléctricos que aún están operativos en la central tinetense, el grupo Narcea III, el más moderno (puesto en marcha en 1984) y el de mayor potencia (con 364 megavatios). Ese grupo ya dispone de una planta de desulfuración, construida en 2008, que le permite cumplir con el límite de emisiones de SO2 que fija la directiva de emisiones industriales a partir de 2020, y precisaba de un sistema de desnitrificación para cumplir también con los nuevos límites de NOx. "Esa mejora se había planificado en dos fases. La primera ya se ejecutó e incluyó modificaciones en la caldera, y la segunda, que estaba prevista, incluía la aplicación de reactivos como la urea sobre el gas de combustión para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno", explicó Gonzalo Rodera, presidente del comité de empresa de la central de Soto de la Barca.

Ese plan se estaba desarrollando con vistas a prolongar la vida del grupo III de Narcea más allá de 2020, pero ahora Naturgy ha decidido solicitar al Ministerio para la Transición Ecológica la autorización para el cierre y desmantelamiento de la central de Soto de la Barca, es decir de los grupos termoeléctricos Narcea II y III, a partir del próximo verano. El cambio de planes de Naturgy, que incluye también el cierre de sus otras dos centrales de carbón que tiene en España (Meirama en La Coruña y La Robla en León) está vinculado a la nueva política energética que apuesta por un transición acelerada hacia las renovables. "El cierre de la central de Narcea se enmarca en los objetivos de la política energética europea y nacional anunciados por el Ministerio para la Transición Ecológica para avanzar hacia la descarbonización del sistema", señalaron ayer fuentes de Naturgy, que apuntaron también que el cierre "se enmarca dentro de un nuevo contexto regulatorio medioambientalmente más exigente y eficiente" en el que "los actuales precios de mercado, el mayor coste del precio del CO2 y las tasas medioambientales han agravado la viabilidad económica de estas plantas".

En la central de Soto de la Barca trabajan 120 personas entre personal propio y de contratas. En el caso de los primeros Naturgy ha comunicado al Principado que ya tiene diseñado un "plan de adecuación" para los 82 trabajadores que componen la plantilla y que contempla "soluciones consensuadas, bien mediante su continuidad en los trabajos de desmantelamiento de la central o reubicación en otras unidades de la empresa, o bien mediante salidas pactadas". No obstante, hay que tener en cuenta que Naturgy apenas tiene otras actividades en la región, con lo que las recolocaciones podrían ser fuera de la región.

Para los casi 40 trabajadores de las empresas auxiliares no hay un plan cerrado. "Naturgy hará lo posible por favorecer su contratación para acometer los trabajos de cierre y desmantelamiento de la planta, así como para el desarrollo del plan alternativo", señalaron fuentes de la compañía energética.

Con respecto a ese plan alternativo tampoco hay muchas certezas. Naturgy comunicó al Gobierno del Principado que ya está trabajando en propuestas de planes para la zona afectada por e el cierre, con el objetivo de promover el desarrollo de actividades económicas. "Estos proyectos se concretarán especialmente en generación renovable, iniciativas de movilidad sostenible, con un impulso decidido a la implantación del gas natural para transporte terrestre, ferroviario y marítimo, así como proyectos de gas renovable", señalaron fuentes de Naturgy, que destacaron que dentro del actual plan estratégico de la compañía hay comprometida una inversión de más de 1.000 millones de euros en el desarrollo de parques de energía renovable en España. Naturgy señaló, ante el cierre de la central de carbón de Meirama en La Coruña, que 200 millones irán para Galicia; pero en el caso de Asturias aún no hay ni estimaciones, reconocieron fuentes de la compañía.