Los sindicatos amenazan con denunciar a Arcelor-Mittal ante la Inspección de Trabajo por la mala utilización del expediente de regulación de empleo (ERE). La propuesta, que partió de CC OO, fue respaldada por la inmensa mayoría del comité de empresa de Avilés esta semana (sólo se abstuvo la CSI), aunque la denuncia ha quedado en suspenso a la espera de una reunión que tendrá lugar la próxima semana en Madrid con la dirección de la multinacional. Las centrales consideran que la empresa está vulnerando lo pactado en su día, ya que va a aplicar el expediente "con el único objetivo de ahorrar costes en instalaciones que no están pasando por dificultades", según las centrales.

El portavoz de CC OO en Arcelor, José Manuel Castro, explicó que en el acuerdo alcanzado entre los sindicatos y la compañía, en el que se recogen las condiciones de este ERE, se asegura que la multinacional sólo podrá tirar de él cuando un taller tenga problemas. También UGT respalda la protesta. El responsable del sindicato en la planta de Avilés, Raúl Cueto, señala que "no estamos de acuerdo con que se aplique con el único objetivo de ahorrar costes".

Antes de interponer la denuncia los sindicatos quieren dar a la dirección de la compañía una oportunidad para que se explique. Será durante una reunión que se celebrará el jueves de la semana que viene en Madrid. No obstante, mañana mismo está previsto que comience la regulación de empleo que con carácter general la multinacional quiere aplicar entre su plantilla asturiana durante siete viernes repartidos entre enero, febrero y marzo. Esos días, miles de trabajadores asturianos de la multinacional tendrán que quedarse en casa, con lo que los talleres no producirán. Tanto los que van bien como los que no.

Los sindicatos consideran que la medida es incongruente con la cantidad de horas extra que sigue soportando la plantilla. Hasta finales de noviembre habían realizado 160.000 horas extraordinarias. Son menos que otros años, pero aun así supone una cifra "indignante", según los sindicatos, y equivaldría, según sus cuentas, a un centenar de empleos.

Por otro lado, los sindicatos tienen previsto movilizaciones, incluso han puesto sobre la mesa la posibilidad de ir a una huelga, en protesta contra el calendario de vacaciones que, denuncian, la multinacional quiere imponer de forma unilateral y que obliga a los trabajadores a coger los días de asueto de forma fragmentada. Muchos, además, tendrían que irse de vacaciones en meses bastante alejados del verano. Las centrales quieren negociar ese calendario.