La industria asturiana no debería dejar que el coche eléctrico le adelante. El mensaje lo lanzaron ayer fabricantes de automóviles y de componentes durante una jornada sobre la movilidad eléctrica que se celebró en Oviedo y que estuvo organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD). Muy claro, Juan Luis Plá de la Rosa, director de relaciones institucionales de Nissan, por ejemplo, resaltó que "un territorio como el Principado con la tradición industrial que tiene no debería dejar pasar esta posibilidad, porque nosotros sólo nos dedicamos a ensamblar, el 90% de las piezas nos las fabrican". El campo industrial a explorar es vasto y está formado por baterías, motores, puntos de recarga o frenos regenerativos. El objetivo es que Asturias se convierta en un polo para la investigación y la fabricación de componentes ligados con la movilidad eléctrica. Todo un reto.

En la misma línea, el vicepresidente de ventas en Bosch, Ricardo Olalla, también le echó flores al sector industrial asturiano y aseguró que las empresas de la región tienen que apostar por investigar servicios que sean disruptivos. "De ahí pueden surgir enormes oportunidades", resaltó. De lo que no tienen duda los fabricantes es que el coche eléctrico es el futuro. Aunque uno de sus puntos flacos continúa siendo su elevado precio. No apto aun para todos los bolsillos. Pero eso va a cambiar más pronto que tarde, advierten los fabricantes. Tanto que Plá asegura que de aquí en tres años es probable que un eléctrico ya cueste lo mismo que uno de gasolina o de gasóleo.

"El coche del futuro será eléctrico", resaltó Luis Moreno, director general del Centro Tecnológico de Automoción (CTAG) en Galicia. Una afirmación que el resto de ponentes respaldaron sin ninguna duda. Aunque hay quien está pensando ya más allá y trabajando en el coche autónomo. "Los retos son muchos, incluso hay empresas, una de Valencia en concreto, que está pensando ya que cuando tu coche sea autónomo ¿quién lo lavará? Habrá que sensorizarlo para que el propio vehículo sepa cuándo tiene que ir a lavarse", explicó Ezequiel Navarro, presidente de la comisión del vehículo eléctrico en la patronal de empresas tecnológicas, Ametic.

Pero, las compañías asturianas no están perdiendo el tiempo en esta carrera por subirse al vehículo eléctrico. Por ejemplo, la gijonesa Vauste está trabajando en la fabricación de piezas por inyección de magnesio. Su director general, Fernando Sáez, aseguró que ese material tiene muchas posibilidades para utilizarse en las cajas de cambios o detrás de las pantallas instaladas en los salpicaderos dadas sus buenas condiciones para evitar que esa zona del coche se caliente en exceso. Aunque, dio una de cal y otra de arena, porque aseguró que el reto de Asturias aún continúa siendo retener el talento. "Y eso que aquí hay una gran calidad de vida, tanto que, por ejemplo, a nuestro ingeniero responsable del área de magnesio lo hemos fichado de Tesla", presumió Sáez.

Otro ejemplo, es el de Normgrup, una compañía asentada en el Parque Tecnológico de Llanera, y que, según señaló su director general, Mikel Jaureguizar, está desarrollando, en colaboración con la Universidad de Oviedo, puntos de recarga rápida. La empresa, además, está dando ejemplo y está incorporando a la flota de los vehículos de sus comerciales coches eléctricos.

La directora general de minería y energía del Gobierno regional, Belarmina Díaz, puso el acento en que Asturias está ante una oportunidad única, y que el desarrollo de una industria relacionada con el coche eléctrico puede ser una palanca para la descarbonización de la economía que exige la Unión Europea. "Tenemos que luchar para liderar ese cambio de modelo económico y conseguir una Asturias con casi cero emisiones", dijo.