El carbón deberá dejar de usarse en Alemania para generar energía a más tardar en 2038, según las recomendaciones de una comisión que llegó a un acuerdo tras 21 horas de negociaciones en el Ministerio de Economía.

La cúpula de la comisión dijo que el plan de abandono del carbón está dividido en tres etapas, la primera de las cuales deberá cumplirse hasta 2022 con la salida de la red de las centrales más viejas. En esa primera etapa la energía producida por el carbón se deberá reducir en una cuarta parte. La segunda etapa terminará en 2030 cuando el carbón deberá generan sólo 17 gigavatios frente a los 45 gigavatios actuales. En 2032 se deberá hacer una evaluación de la manera como hasta ese momento se haya desarrollado el plan para determinar si el abandono definitivo del carbón se puede adelantar a 2035.

La comisión, nombrada por el Gobierno, está formada por representantes de los estados federados, de la industria, de los sindicatos y de ONG defensoras del medioambiente. Se espera que las recomendaciones de la comisión desemboquen en un proceso legislativo.

Actualmente, cerca un tercio de la energía en Alemania es generada por centrales termoeléctricas que funcionan con carbón lo que deberá irse reduciendo paulatinamente en los próximos años. La energía generada por carbón deberá ser reemplazada por el uso de energías renovables y por un aumento de la eficiencia energética. Además, el informe advierte que se requiere mejorar las redes de distribución de energía. Paralelamente, se continuará con el plan de abandono de la energía nuclear. La última central nuclear deberá cerrarse en 2022.

El informe señala que el comienzo del plan del abandono del carbón y el abandono de la energía nuclear llevará a un aumento inicial de los precios de la electricidad por lo que habrá que crear sistemas de compensación para empresas y familias. La reducción del uso del carbón ya estaba en marcha pero se consideraba necesario acelerarla para cumplir con las metas de reducción de emisiones de CO2.