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La política remunerativa y su efecto en la ocupación

Salario mínimo, debate máximo

Los economistas piden cautela antes de juzgar el impacto del alza del SMI sobre el empleo, creen que aún no hay datos fiables y sostienen que las teorías son divergentes

Salario mínimo, debate máximo

El aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), que entró en vigor en enero en España por decisión del Gobierno de Pedro Sánchez con un alza del 22,3%, hasta los 900 euros mensuales (12.600 al año en catorce pagas), y que sitúa esta referencia en el 80,6% del promedio de los 28 países de la UE (casi 20 puntos por debajo de la media), no pone de acuerdo a los economistas.

El Banco de España estima que un alza tan súbita del coste laboral en niveles de baja capacitación y productividad puede destruir 125.000 empleos, el 0,8% de los 16 millones de ocupados a tiempo completo existentes; la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) sopesa que pueda frenar la creación de 40.000 empleos; y el exministro socialista de Economía Carlos Soclhaga calculó una pérdida entre 40.000 y 60.000. Por el contrario, el secretario general de la OCDE, el economista Ángel Gurría, sostuvo el 23 de noviembre que "la subida a 900 euros son 30 euros al día. De ninguna manera esto puede quitar competitividad. Y, en cambio, permite mejorar las condiciones de los más vulnerables y reducir abusos".

La medida, que mejora la renta y el poder adquisitivo de 2,5 millones de trabajadores (según el Gobierno), supone 50 euros más al mes en 2019 de los 850 euros que Mariano Rajoy, siendo presidente del ejecutivo, había pactado con los agentes sociales el 19 de diciembre de 2017 para su aplicación el año que viene.

Varios profesores asturianos de economía expertos en mercado laboral, consultados ayer, pidieron cautela con las estimaciones y coincidieron en que no hay datos suficientes aún para cuantificar el impacto, y recordaron -caso del profesor Florentino Felgueroso- que en la literatura académica no hay unanimidad sobre el efecto de la subida del SMI: "Muchos estudios dicen que causa un perjuicio y otros dicen lo contrario", señaló.

La fuerte destrucción de empleo registrado en enero tampoco es un dato suficientemente indicativo, según Felgueroso: "Enero nunca es un buen mes para el empleo porque siempre se destruye ocupación a comienzo de cada año. Ni tan siquiera es un periodo idóneo para medir el impacto del SMI porque los contratos con este nivel de remuneración son mucho más voluminosos en verano. Enero no es el mes que yo elegiría como muestra".

A su juicio, la subida del SMI afectará, como mucho, al 6,7% de los asalariados y llegará al 10% (en ambos casos, si no media destrucción de empleo en ese colectivo) si en 2020 llega a 1.000 euros, como se anunció. Pero, aún así, el impacto se notaría más, según Felgueroso, en colectivos como los jóvenes, parados de larga duración y grupo de baja cotización, y en las regiones y sectores con mayor predominio de este tipo de salarios, como Canarias (14%) y Extremadura (13%), mientras que en otros territorios con menor implantación, como Asturias (6,7%), no prevé, indicó, gran efecto.

A juicio de este especialista, la repercusión no tiene que traducirse necesariamente en menos empleo, sino en otros tipo de ajustes de costes, como el aumento de la contratación a tiempo parcial, el aumento de horas extras, la sustitución de asalariados por autónomos y otras modificaciones de las condiciones laborales.

En todo caso, lo importante, en su opinión, no es el coste, sino "el coste relativo respecto a otros salarios de mercado" porque puede causar "un efecto sustitutorio", reemplazando mano de obra poco cualificada por personal más productivo, por capital o por robots.

Aunque el objetivo es reducir la desigualdad y la pobreza ("El Gobierno entiende que el salario de mercado no es justo", indicó Felgueroso), "tampoco es evidente que subiendo el SMI se logre la finalidad pretendida". "La pobreza laboral", explicó, "no depende tanto del salario como del número de horas de trabajo". "Vivimos una época de contratos con una duración cada vez menor, por lo que hay que sumar muchos contratos en el año para alcanzar una renta anual decente", afirmó.

España, explicó, pasará de ser uno de los dos países de la UE, junto con Bélgica, con menor nivel de cobertura del SMI (personas amparadas por él) a convertirse, con la subida de enero, en uno de los cuatro con un colectivo más amplio de trabajadores situados en ese nivel. "Hay países con mayor SMI, como Francia, pero con menor cobertura porque tienen un nivel general de salarios más altos". Felgueroso pide "huir de visiones parciales que traten de sesgar la información en beneficio de una ideología u otra" y "ser cautos, tener una perspectiva neutral y esperar a ver cómo evoluciona el empleo".

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