Asem es una asociación de largo recorrido, pionera en la representación de mujeres empresarias, profesionales y autónomas. Como tal, tiene personalidad jurídica y plena capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines, que se ajustarán en todo momento a principios democráticos.
Las asociadas constituyen la asamblea general que es el órgano soberano de decisión y representación de la asociación, y entre sus facultades están, no solo las de nombrar y cesar a las componentes de la junta directiva y a la presidenta, sino también las de conocer y censurar su gestión. Además, puede adoptar acuerdos relativos al ejercicio de acciones e interponer recursos en interés de la Asociación ante las jurisdicciones competentes.
Así mismo, su asamblea general puede tener carácter extraordinario siempre que lo decida la presidenta, lo acuerde su junta directiva o lo solicite la tercera parte de las asociadas.
Pues bien, dicho todo esto, el pasado viernes, más de un tercio de asociadas de Asem exigimos formalmente la convocatoria de asamblea extraordinaria por vía de urgencia, tal como contemplan los estatutos de la asociación, con el fin de solicitar explicación de lo acontecido en relación a las presuntas irregularidades en el reciente proceso de elección de la presidenta y junta directiva. También se solicitó someter a votación la anulación del citado proceso mediante el cese de dicha presidenta y junta directiva, aún no nombradas por la asamblea, y la celebración de nuevas elecciones, tuteladas por un organismo externo que garantice la legalidad y la ética, o en su defecto por un notario.
La asamblea extraordinaria, que fue solicitada en tiempo y forma a la junta directiva, sigue sin convocarse a pesar de haber transcurrido ya 7 días desde su solicitud. Sin embargo, la nueva junta -que no pasó por las urnas ni ha sido nombrada por la asamblea- ha convocado una reunión informativa sin ningún valor legal.
Sólo una asamblea general da voz y voto a las asociadas, y en aras de este derecho, más de un tercio de las asociadas de Asem se han unido para exigir dicha asamblea extraordinaria.
No se reivindica con ello un legado del pasado ni mucho menos se trata de un sector que representa una opción. No es el momento de personalismos y sí el de todas las asociadas de Asem, exigiendo unas elecciones con garantías, basadas en la legalidad, la ética y el sentido común.
Por tanto, no cejaremos en el empeño, tienen que escuchar la voz de las asociadas, cumplir con los estatutos de la asociación y convocar, por vía de urgencia, la asamblea extraordinaria. Si no fuera así, sólo nos quedaría solicitarla por vía judicial.
